14 sept. 2025

Depresión y psicosis posparto: una realidad que afecta a miles de madres en silencio

La psicóloga clínica Claudia Mareco, especialista en salud perinatal, advierte que los trastornos mentales en mujeres durante el embarazo y en el primer año posterior al parto son más frecuentes de lo que la sociedad suele reconocer.

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Motherhood, multi-tasking and family concept.

kieferpix/Getty Images

Este periodo, conocido como perinatal, es una de las etapas de mayor vulnerabilidad psicológica para la mujer, donde los cambios hormonales, la presión social y las exigencias del cuidado del recién nacido confluyen en un escenario de alto riesgo para la salud emocional.

Trastornos frecuentes en el posparto

Según Mareco, entre un 15% y un 20% de las mujeres desarrolla depresión posparto, un cuadro que va mucho más allá de la tristeza o el cansancio comúnmente atribuido a la maternidad. En situaciones más graves, pueden aparecer trastornos de ansiedad, obsesivos, o incluso episodios psicóticos que requieren internación inmediata.

“La depresión posparto no es un simple ‘estado de ánimo bajo’. Es una enfermedad que limita la capacidad de la mujer para vincularse con su bebé y consigo misma. Puede provocar sentimientos de culpa intensos, aislamiento y pensamientos recurrentes de incapacidad para maternar. En los casos extremos, el riesgo de daño hacia ella misma o hacia el recién nacido aumenta de manera significativa”, explicó la especialista.

El peso del estigma y la falta de recursos

Uno de los factores que agrava esta problemática es el silencio. Mareco subraya que muchas madres no piden ayuda por miedo a ser juzgadas como “malas madres”. A este estigma se suma la falta de programas públicos robustos en salud mental materna.

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel global más de 1 de cada 5 mujeres en el periodo perinatal sufre algún trastorno mental, pero menos de la mitad recibe atención adecuada. En países de ingresos medios y bajos, como Paraguay, la brecha de atención es todavía más amplia.

“En nuestras consultas vemos mujeres que llegan meses después del parto, con síntomas que pudieron haberse detectado en la primera visita posnatal. La falta de seguimiento y la sobrecarga de responsabilidades familiares hacen que muchas se enfrenten solas a esta situación”, agregó Mareco.

Señales de alarma y prevención

La psicóloga insiste en que tanto las familias como los equipos de salud deben aprender a reconocer señales de alarma:

• Llanto persistente e incontrolable.

• Sensación de desesperanza o inutilidad.

• Dificultad para dormir incluso cuando el bebé descansa.

• Pensamientos de hacerse daño o dañar al recién nacido.

• Rechazo a los espacios sociales o aislamiento marcado.

“La prevención empieza con la escucha activa. Si una madre expresa cansancio extremo, angustia o pensamientos negativos, no hay que minimizarlo ni atribuirlo a la ‘normalidad del puerperio’. Necesita ser derivada a un profesional en salud mental”, enfatizó.

El rol de la familia y la comunidad

Más allá del ámbito clínico, Mareco sostiene que la familia y la comunidad cumplen un rol central. El acompañamiento cotidiano, la distribución de tareas en el hogar y la comprensión hacia la mujer en este periodo pueden marcar la diferencia. “Las madres no necesitan juicio, necesitan red de apoyo. El cuidado de un recién nacido debe ser una tarea compartida, no una carga exclusiva”, resaltó.

Un caso que reabre la discusión

El debate sobre la importancia de la salud mental materna vuelve a la luz tras el reciente caso ocurrido en Ñemby, donde una mujer es sospechosa de haber asesinado a su bebé de 45 días. La detenida será sometida a una evaluación psicológica y psiquiátrica por una junta médica, que deberá determinar si presentaba algún trastorno al momento del hecho.

Aunque el proceso judicial sigue en curso, especialistas coinciden en que este tipo de tragedias reflejan una problemática más amplia: la desatención de la salud mental en el embarazo y el posparto.

“No podemos quedarnos en el impacto del hecho. Debemos preguntarnos qué apoyo recibió esa mujer antes, durante y después del parto”
Psicóloga clínica Claudia Mareco.

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