Dormir mal no solo genera cansancio. Puede también afectar gravemente la salud física y mental. En ese sentido, la apnea del sueño —un trastorno muy común y subdiagnosticado— preocupa cada vez más a los especialistas. Se estima que entre el 4 y el 10% de la población adulta la padece, y en muchos casos sin saberlo.
“La apnea del sueño es un trastorno en el que la respiración se interrumpe repetidamente durante el sueño. Esto provoca microdespertares que afectan la calidad del descanso y, como consecuencia, la persona se levanta con sensación de fatiga, somnolencia y dificultad para concentrarse”, explica el doctor Gustavo Báez Valiente, médico neurólogo.
Uno de los síntomas más visibles —y ruidosos— es el ronquido. Sin embargo, muchas personas lo consideran algo normal o inofensivo, cuando en realidad puede ser una señal de alarma. “La persona que ronca tiene menor rendimiento laboral. Le va a perjudicar en su trabajo y puede ser un disparador de hipertensión arterial. Además, aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares (ACV)”, advierte el profesional.
¿Qué pasa durante una apnea?
Durante una apnea del sueño, los músculos de la garganta se relajan excesivamente, provocando una obstrucción parcial o total de las vías respiratorias superiores. Esto impide el paso normal del aire hacia los pulmones, y el cerebro se ve obligado a interrumpir el sueño para que la persona vuelva a respirar. Este ciclo puede repetirse entre 5 y más de 30 veces por hora, sin que el paciente necesariamente lo note.
El resultado es un sueño fragmentado, poco reparador, con impactos importantes en el sistema nervioso, inmunológico y cardiovascular.
“Vemos pacientes con apnea que tienen problemas de memoria. Se les olvida dónde dejan sus cosas, pierden el hilo de las conversaciones o tienen dificultades para tomar decisiones. Eso no solo les afecta a ellos, sino también a todo su entorno: la pareja, la familia, los compañeros de trabajo”, comenta el doctor Báez.
Cansancio, irritabilidad y hasta accidentes
La somnolencia diurna excesiva es una de las consecuencias más graves. Las personas con apnea del sueño pueden quedarse dormidas fácilmente durante el día, incluso en situaciones peligrosas como al volante o mientras trabajan con maquinaria.
Estudios internacionales revelan que quienes padecen apnea del sueño tienen hasta siete veces más riesgo de verse involucrados en accidentes de tránsito.
Además, este trastorno se asocia a alteraciones del estado de ánimo como irritabilidad, depresión y ansiedad, lo que contribuye aún más al deterioro en la calidad de vida.
Factores de riesgo y diagnóstico
El sobrepeso, la obesidad, el consumo de alcohol, el tabaquismo, el cuello ancho, antecedentes familiares y ciertas malformaciones en la vía aérea son factores que aumentan la probabilidad de desarrollar apnea del sueño. Es más común en hombres, especialmente mayores de 40 años, aunque también puede afectar a mujeres y niños.
El diagnóstico se realiza generalmente mediante una polisomnografía, un estudio del sueño que se lleva a cabo en clínicas especializadas o, en algunos casos, con equipos portátiles.
“El problema es que muchas personas no consultan porque no saben que tienen apnea. A veces se enteran porque su pareja les dice que roncan fuerte o que dejan de respirar por unos segundos durante la noche. Si alguien nota esto, debe acudir al médico”, recomienda Báez Valiente.
Tratamiento y prevención
El tratamiento depende de la gravedad del caso. En situaciones leves, se puede indicar una pérdida de peso, evitar el alcohol y los sedantes, dormir de lado y mantener una buena higiene del sueño. En casos más severos, se utiliza el CPAP (presión positiva continua en la vía aérea), un dispositivo que ayuda a mantener las vías respiratorias abiertas durante la noche.
También existen cirugías y dispositivos orales que pueden ser útiles, especialmente cuando hay causas anatómicas identificables, como el agrandamiento de las amígdalas o desviaciones en el tabique nasal.
“Roncar fuerte o sentir cansancio crónico no es normal. Es necesario dejar de naturalizar estos síntomas y acudir a una evaluación médica”
“El sueño es tan importante como la alimentación o el ejercicio. Si no dormimos bien, no vamos a pensar bien, a rendir bien ni a vivir bien. La apnea del sueño es una condición seria, pero tiene solución si se detecta a tiempo”, concluye el doctor Báez.