En las últimas horas, un nuevo caso de asesinato de una niña de tan solo 11 años, registrado en Caazapá, desnudó una vez más los peligros que corren los niños y niñas de todo el país. Por ello, y más que nunca, es importante que los padres puedan asegurar la protección de los menores, con una presencia genuina que menciona una profesional.
“La presencia, la conciencia y el contacto genuino son claves para el desarrollo saludable de niñas, niños y adolescentes. Y es justamente ahí donde empieza la prevención”, es lo que empieza mencionando Melissa Sánchez, psicóloga infantil.
“A veces pensamos que basta con estar en casa, pero lo que los hijos necesitan es una presencia emocional disponible, un adulto que los vea, los escuche y los acompañe. Que no minimice lo que sienten, ni las señales que emiten con el cuerpo o con sus silencios. El primer lugar seguro debe ser el vínculo”, añadió.
“A veces pensamos que basta con estar en casa, pero lo que los hijos necesitan es una presencia emocional disponible, un adulto que los vea, los escuche y los acompañe. Que no minimice lo que sienten, ni las señales que emiten con el cuerpo o con sus silencios”
Algunas recomendaciones para madres, padres y cuidadores:
-Hablar desde la verdad, con amor: “Los niños necesitan saber que existen riesgos, pero también que hay formas de protegerse”.
-Explicarles de forma sencilla qué hacer si un adulto o cualquiera los incomoda, cómo pedir ayuda. “Nombrar sin tabúes, con claridad y respeto por su edad”.
-Enseñar a confiar en su percepción corporal. “Muchos niños no saben que esa incomodidad que sienten frente a alguien es válida. Desde pequeños, debemos ayudarles a reconocer lo que su cuerpo les dice: “si algo te hace sentir mal, raro o incómodo, es importante contarlo”.
-Fortalecer su autonomía con límites claros.
-Proteger no es sobreproteger. “Se trata de poner límites afectivos y claros, acompañando sus primeros pasos de independencia. Saber dónde están, con quién, cómo y cuándo vuelven. Darles permiso para decir NO, incluso a un adulto”.
-Ofrecer un modelo coherente. “Los hijos aprenden de lo que hacemos, más que de lo que decimos. Si nos ven cuidarnos, pedir ayuda, poner límites, decir la verdad... ellos también aprenderán a hacerlo.”
La verdadera prevención nace del vínculo
“Prevenir no es solo enseñarles a tener cuidado con los extraños. Es mirar más allá. Es cultivar el lazo con los hijos para que sientan que pueden acudir a nosotros sin miedo. Es estar disponibles incluso cuando ´parece que todo está bien´”, terminó agregando la profesional.