20 jul. 2025

El asado se enfría, la carne sube y el bolsillo no alcanza

Mientras el costo de vida sigue en ascenso y los bolsillos de los paraguayos se ajustan cada vez más, el acceso a productos básicos como la carne se volvió un lujo para gran parte de la población.

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En este contexto, una afirmación del senador colorado Luis Pettengill generó controversia al asegurar que por G. 10.000 “ya se puede preparar un puchero”.

La declaración fue realizada tras un cruce en el Congreso con su colega, la senadora Yolanda Paredes, quien sostuvo que la ciudadanía ya no puede acceder ni siquiera a un asado por el elevado precio de los cortes de carne. Pettengill intentó contrarrestar la crítica señalando que aún hay cortes accesibles como el puchero y que, por G. 10.000, una familia puede elaborar una comida con carne.

El testimonio desde la carnicería: “Con G. 10.000 solo se compra hueso blanco”

La versión del senador fue desmentida por Luis Aguilera, un carnicero del Mercado 4 de Asunción, quien lleva más de tres décadas trabajando en el rubro. “Con ese monto, lo único que se consigue es hueso blanco. Para un buen puchero, como lo que uno realmente debería comer, se necesita al menos G. 18.000”, dijo.

El trabajador, conocedor del comportamiento del mercado cárnico, fue más allá y expresó su preocupación por la disminución del poder adquisitivo de sus clientes. “Antes venían y pedían kilo y medio, hoy preguntan cuánto cuesta 500 gramos, y eso si es carne de segunda”, comentó. Asegura que los precios altos se sostienen desde hace entre seis a ocho meses, sin perspectivas claras de una baja.

El asado, un lujo de fin de semana

Los fines de semana aún representan un respiro en las ventas, pero incluso en esos días la elección de cortes se ha restringido. La costilla, tapa de asado o el vacío, clásicos de la parrilla paraguaya, ya no están al alcance de todos. El kilo de corte de primera ronda los G. 55.000 y algunos incluso superan ese monto.

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Esto llevó a que muchos opten por asados a la olla o guisos con cortes alternativos, que aunque más económicos, no siempre cumplen con los valores nutricionales necesarios.

Carne para exportar, no para el consumo local

Desde la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu), el presidente Joaquín González señaló que los supermercados actualmente están comprando carne a precios más elevados directamente desde los frigoríficos, lo que inevitablemente se refleja en las góndolas. “Nosotros no fijamos los precios, los tomamos. Y esos precios vienen con un aumento que responde al mercado internacional”, explicó.

En la misma línea, el presidente de la Capasu sostuvo que si bien las ventas bajaron levemente, el golpe en el consumo aún no ha sido masivo, aunque sí constante. Para muchos sectores, la carne de primera se volvió un producto reservado para ocasiones especiales.

El propio senador Pettengill reconoció que los cortes más costosos están destinados a la exportación, especialmente aquellos provenientes de ganado criado con estándares internacionales. Aseguró también que el acceso a carne de calidad es, hoy en día, un “lujo” para el ciudadano promedio.

Ganaderos sin ganancia

Paradójicamente, el precio que se paga por la carne al productor sigue siendo motivo de queja por parte de los ganaderos, quienes afirman estar vendiendo a pérdida. “Venden barato su vaca. La industria no le agrega valor, la faena y la vende por pedacitos”, afirmó Pettengill. El gremio ganadero exige ante la Asociación Rural del Paraguay (ARP) que se establezca un precio justo que beneficie tanto a productores como al mercado interno.

La distorsión entre lo que recibe el productor y lo que paga el consumidor final genera malestar en todos los eslabones de la cadena. Para muchos, la falta de una política de regulación adecuada contribuye a que la carne paraguaya esté más presente en los mercados del exterior que en la mesa nacional.

“La misma carne para los ingleses, que también esté para los paraguayos”

Durante una sesión del Senado, la senadora Yolanda Paredes exigió al presidente de la República, Santiago Peña, que así como presenta carne paraguaya en sus viajes internacionales, también garantice su presencia en los hogares locales.

“Ya no se ve más carne en la mesa de los paraguayos porque ivai la porte (está difícil la situación)”
senadora Yolanda Paredes

Paredes lamentó que un símbolo de unidad familiar como el asado se esté convirtiendo en una postal del pasado. “El asadito que antes reunía a la familia, hoy es un privilegio de pocos”, sentenció.

Qué cortes se pueden conseguir y a qué precio

Frente al panorama actual, carniceros y expertos recomiendan buscar alternativas más accesibles para no eliminar del todo la carne de la dieta familiar. Entre los cortes más económicos se encuentran:

• Hueso blanco: Ideal para caldos, ronda los G. 8.000 a 10.000 el kilo.

• Puchero: Dependiendo de la carnicería, puede costar entre G. 15.000 a G. 18.000 por kilo.

• Osobuco y falda: A partir de G. 20.000, útiles para guisos y cocciones largas.

• Carnaza negra o blanca: Entre G. 25.000 y G. 30.000 el kilo.

• Recortes de carne: Muy variables, ideales para picadillos, pueden costar menos, pero no siempre están disponibles.

En muchos casos, la diferencia de precios entre supermercados y mercados barriales también puede jugar a favor del consumidor, así como la compra a granel o la elección de cortes menos populares.