Hasta el día de hoy, la sociedad sigue lamentando el fallecimiento de la pequeña Melania Monserrath, presumiblemente en manos del mismo hombre que años atrás abusó de ella, delito por el cual terminó en presión. La madre de la niña, no se cansa de decir que el condenado en 2022 y liberado este año, de esta manera se encargó de cumplir su promesa de “venganza”.
Precisamente, la reincidencia criminal se refiere a la tendencia de una persona ya condenada por un delito, a volver a cometer el mismo delito u otro tipo de delito, después de haber cumplido su condena o estar bajo supervisión.
Juan Martens, doctor en criminología, en contacto con este medio se refirió al tema. “La reincidencia, en algunos tipos delictivos suele ser del 30% aproximadamente, siendo el homicidio el de menor taza de incidencia, porque estos suelen estar asociados a interés, beneficios o pasiones; entonces, es difícil tener un alto porcentaje de personas que reincidan con casos de homicidio. Salvo, los que se dedican al sicariato”, empezó explicando.
El mismo, argumentó que los condicionamientos estructurales, como la cárcel, la familia, la sociedad, el barrio, los amigos, etc., son los que determinan muchas veces la reincidencia. A su vez, agregó que en los delitos vinculados a la pobreza, la marginalidad y la vulnerabilidad, hay más altos índices de reincidencia.
Sistema penitenciario inútil
Según el profesional… “un error muy común es pensar que las personas que cometen delitos son diferentes a las que no cometen delitos. No existe una diferencia anatómica, estructural, salvo que se trate de una persona que tiene algún trastorno, aunque en ese caso, ya no se la considera como una persona reprochable, punible, sino que entra en cuestiones patológicas y deben ser atendidas en psiquitría”.
A su vez, lamentó que el sistema penitenciario no cumpla con su rol principal de funcionar como un centro de tratamiento para que las personas logren la rehabilitación.
“El principal obstáculo para la no reincidencia sigue siendo el sistema penitenciario, que no es un centro de tratamiento y rehabilitación, sino un depósito de seres humanos. Y al ser un lugar en el que se amontona gente sin ningún tipo de tratamiento, estas muchas veces salen y se produce el fenómeno de la prisionización; es decir, personas que ya cambiaron de nombre, de identidad, y ya no logran conectar con la sociedad libre, y terminan siendo nuevamente empujados a la comisión de delitos”.
“El principal obstáculo para la no reincidencia sigue siendo el sistema penitenciario, que no es un centro de tratamiento y rehabilitación, sino un depósito de seres humanos”
Mujeres y niñas son sujeto de derecho
Finalmente, Martens habló de un machismo estructural y cultural en el país, mismo que hace que muchas mujeres y niñas sean vistas como simples objetos de placer.
“Es preciso un cambio cultural, a través de la educación, de políticas públicas, de castigos, sanciones administrativas y penales para superar la situación. No basta indignarse con la muerte de una niña y rasgarse las vestiduras, si no hay políticas sostenibles a largo plazo, donde se trabaje en que las mujeres y niñas no son propiedad de los hombres, sino sujetos de derecho”, sentenció.