31 oct. 2025

Hipertensión en niños: médicos alertan sobre impacto del sedentarismo y la mala alimentación

El aumento de la presión arterial en menores preocupa a los especialistas. Advierten que los nuevos hábitos de vida —poca actividad física y consumo excesivo de alimentos ultraprocesados— están generando consecuencias tempranas en la salud cardiovascular y renal infantil.

Doctor measuring blood pressure of a child.

Doctor measuring blood pressure of a child. Medical equipment

El diagnóstico de hipertensión arterial en niños era, hasta hace algunos años, un hallazgo excepcional en los consultorios pediátricos. Sin embargo, los especialistas advierten que los casos van en aumento y que esta enfermedad silenciosa está comenzando a manifestarse en edades cada vez más tempranas.

El doctor Miguel Franco, especialista en nefrología pediátrica del Hospital de Niños de Acosta Ñu, explicó que el fenómeno responde principalmente a cambios en los hábitos de vida de los menores. “Hoy los niños pasan más horas frente a las pantallas, realizan menos actividad física y consumen alimentos ricos en sodio, azúcares y grasas saturadas. Todo eso repercute directamente en su presión arterial”, advirtió.

Primeras evidencias locales

Durante un estudio realizado en el marco del Día Mundial del Riñón, el equipo médico de Franco midió la presión arterial a 85 niños y niñas de diferentes edades. El resultado fue llamativo: tres de ellos presentaban niveles altos de presión, un porcentaje pequeño, pero significativo para una población pediátrica.

“Estos hallazgos confirman lo que ya se ve en otros países: el aumento de la hipertensión en la infancia no es un fenómeno aislado. Es un problema de salud pública en expansión”, sostuvo el especialista.

Aunque Paraguay aún no cuenta con estadísticas oficiales, los estudios internacionales señalan una tendencia preocupante. En algunos países, entre el 3% y el 5% de los niños presentan presión elevada, y la cifra podría duplicarse si se incluyen los casos no diagnosticados.

Daños que comienzan en silencio

El mayor peligro, según Franco, es que la hipertensión no produce síntomas visibles al inicio, lo que retrasa su detección. “Muchos niños parecen sanos, pero ya tienen señales de daño en órganos vitales. El corazón comienza a engrosarse, el riñón trabaja bajo presión, y eso sienta las bases para enfermedades crónicas en la adultez”, explicó.

En su especialidad, la nefrología, los primeros indicios suelen observarse en los riñones. “Cuando el riñón se daña, empieza a perder su capacidad de filtrar correctamente la sangre, lo que agrava el cuadro y genera un círculo vicioso”, indicó Franco.

A nivel cardiovascular, los menores pueden desarrollar hipertrofia del ventrículo izquierdo, una alteración estructural del corazón que refleja el esfuerzo excesivo que realiza el órgano para bombear la sangre. Esta condición, si no se controla, aumenta el riesgo de insuficiencia cardíaca y otros problemas graves a futuro.

Factores que agravan el problema

Además del sedentarismo, el médico remarcó que la obesidad infantil se ha convertido en un factor determinante. En Paraguay, según datos del Ministerio de Salud, uno de cada cuatro niños en edad escolar tiene sobrepeso u obesidad, condición que multiplica el riesgo de hipertensión.

El consumo de bebidas azucaradas, snacks salados, comidas rápidas y alimentos ultraprocesados eleva la ingesta de sodio y calorías vacías, generando un aumento sostenido de la presión arterial. A ello se suma la falta de educación alimentaria en los hogares y en las escuelas.

“Necesitamos más cantinas saludables, más recreos activos y menos tiempo frente al celular o la televisión. Si no cambiamos el estilo de vida de los chicos, tendremos adultos enfermos mucho antes de tiempo”
doctor Miguel Franco

Diagnóstico y controles necesarios

Los expertos insisten en que medir la presión arterial debe ser un procedimiento de rutina también en niños, especialmente en los chequeos escolares y deportivos.

El doctor Franco explicó que la hipertensión puede clasificarse en primaria o secundaria. La primera está relacionada con el estilo de vida, mientras que la segunda puede ser consecuencia de otras enfermedades, como alteraciones hormonales o renales.

Por ello, recomienda no conformarse con una sola medición. “En algunos casos, puede ser necesario realizar un monitoreo ambulatorio de presión arterial, que permite medirla durante 24 horas y detectar episodios que no aparecen en la consulta médica”, señaló.

Este tipo de estudios, aunque más complejos, permiten diagnosticar la llamada ‘hipertensión enmascarada’, aquella que solo se manifiesta en determinados momentos del día y pasa inadvertida en los controles tradicionales.

Nueva guía nacional para detección temprana

El Ministerio de Salud Pública informó que se encuentra en la fase final de elaboración de una Guía Nacional de Hipertensión Arterial Infantil y Adolescente, elaborada en conjunto con profesionales del área nefrológica y del Programa de Prevención Cardiovascular.

El documento incluirá tablas simplificadas de referencia y explicaciones prácticas para el personal de salud, incluso para agentes no médicos, sobre la forma correcta de medir la presión en menores.

“Un detalle técnico fundamental es contar con el manguito adecuado para cada edad. Si el brazalete no se ajusta al diámetro del brazo del niño, los resultados pueden ser erróneos y llevar a diagnósticos equivocados”, destacó Franco.

Impacto a largo plazo

Si no se trata, la hipertensión infantil puede tener efectos devastadores en la vida adulta. Los pacientes que desarrollan esta condición desde pequeños corren mayor riesgo de padecer enfermedades renales crónicas, infartos, accidentes cerebrovasculares y pérdida de visión.

Además, representa un desafío económico para el sistema de salud, debido al alto costo de los tratamientos y la atención prolongada que demandan las enfermedades crónicas.

Qué hacer desde casa

Los especialistas recomiendan a los padres y cuidadores:

• Controlar la presión arterial de los niños al menos una vez al año.

• Reducir el consumo de sal, gaseosas y ultraprocesados.

• Fomentar el deporte y los juegos al aire libre todos los días.

• Evitar el exceso de pantallas, que favorece el sedentarismo.

• Dar el ejemplo: una familia activa y con buena alimentación es el mejor modelo preventivo.

“Cuidar el corazón de los niños es garantizarles un futuro saludable. Detectar la hipertensión a tiempo es una inversión en su vida”, concluyó Franco.