Lluvias intermitentes y la expectativa de todo el pueblo paraguayo, recibieron al Papa Fransisco un 10 de julio del 2015. A pesar de la agenda cargada de actividades en los otros países, el Santo Padre llegó notablemente cansado pero encontró energías para presenciar el acto protocolar y dirigirse a la nunciatura luego de un abrazo grupal por parte de los niños del coro.
Desde el aeropuerto hasta el Buen Pastor, un cordón humano de miles de católicos y voluntarios escoltó al Papa en todo su trayecto. En el correccional de mujeres del Buen Pastor, escuchó el coro de mujeres, las bendijo y arribó hasta la nunciatura para descansar.
Una hora después se dirigió al Palacio de López para el acto protocolar ahí dirigió un discurso que condenaba la Guerra de la Triple Alianza, apelaba a la transparencia del gobierno democrático y trasmitió su respeto hacia la mujer paraguaya, la más gloriosa de América. Fue así que terminaron las actividades en el primer día de su visita.
Al día siguiente, como es costumbre en el papa Fransisco en todas las visitas que realiza, rompió el protocolo agarrando el mate de un fiel y subió al papa móvil para dirigirse a Reducto - San Lorenzo, en el Hospital de Niños de Acosta Ñu. Pasó un tiempo agradable con los niños y bendijo las manos de los cirujanos que trasplantan corazones.
De allí utilizó el móvil que usó el Papa Juan Pablo II en su visita al Paraguay en 1988 para dirigirse a Caacupé, en Curusú Peregrino subió en el papa móvil hasta el santuario donde lo aguardaban más de cien mil feligreses. Obsequió una rosa blanca a la imagen de la virgen de Caacupé y luego procedió a realizar la homilía donde nuevamente volvió a destacar la valentía de la mujer paraguaya. Fue allí donde el papa ascendió el santuario a basílica menor. El Sumo Pontífice se dirigió nuevamente a la nunciatura, luego visitó la Fundación San Rafael donde estuvo con los enfermos terminales y luego, antes de su partida a Roma, regaló al padre Aldo Trento el coche cerrado que el papa Fransisco utilizó en toda su gira por el Paraguay.
Fue enfilando para el Estadio Leon Condou para reunirse con miembros de la sociedad civil, dirigiéndoles un discurso que tuvo frases tajantes refiriéndose ante varios puntos. A la juventud paraguaya afirmó “No tengan miedo de dejar todo en la cancha. Jueguen limpio, jueguen con todo (…) No coimeen al referí”. Entre otras de las frases del sucesor de Pedro se encuentra: “Yo les confieso que a veces a mí me da un poquito de alergia, y para no decirlo así en término tan fino un poquito de moquillo, el escuchar discursos grandilocuentes con todas estas palabras, cuando conoce a la persona que habla, y dice que mentiroso que sos”. Y entre otras de las frases más contundentes en el cual recibió mucho vítores del presente público fue “¿Cuál es la identidad de un país? el amor a la Patria; la Patria primero, después mi negocio”.
Una de las frases que más resonó fue “El desarrollo económico tiene que tener rostro humano, no a la economía sin rostro”, exigió y agregó “les pido que no cedan a un modelo económico idolátrico que necesita sacrificar vidas humanas en el altar del dinero y la rentabilidad”. Al terminar esta actividad, se despidió pidiendo que recen por él.
Más tarde se dirigió a la Catedral Metropolitana para realizar una breve homilía ante miembros de la iglesia católica en el Paraguay. Pidió a los religiosos que no pavoneen ni busquen aplausos.
En medio de una marea de gente, se dirigió al Cristo Rey para reunirse con sus pares jesuitas. Allí exhortó a los jóvenes a llenarse de coraje y alegría para testimoniar su fe. Para luego culminar, invitando a la juventud a hacer lio. Finalmente, se dirigió a la nunciatura a descansar.
En la jornada siguiente, el papa Fransisco conoció la otra cara de la moneda en Asunción, la humildad y pobreza del Bañado Norte. En un testimonio, criticó a la fe del feligrés que no busca la solidaridad en sus acciones alegando que es “Es una fe sin Cristo, una fe sin Dios, una fe sin hermanos. Una fe mentirosa (…) Puedes ir a misa de los domingos, pero si no tienes corazón solidario, si no sabes lo que pasa en tu pueblo (la fe) o está enferma o está muerta”.
Terminando esta actividad, se dirigió al lugar más concurrido en toda su gira en el Paraguay. Aproximadamente un millón y medio de católicos que realizaron vigilias desde la madrugada hasta la mañana, junto al barro y el frio aguardaron que el Vicario de Cristo realice la misa en Ñu Guasú. El ostentoso altar de maíz realizado por el artista Koki Ruíz acojió al Santo Padre. Al dirigirse a los fieles, el Papa destacó la necesidad de que los fieles abran sus corazones para curar la desesperanza en los hogares. Solicitó tener “hospitalidad con el hambriento, con el sediento, con el forastero, con el desnudo, con el enfermo, con el preso (…) Hospitalidad con el que no piensa como nosotros, con el que no tiene fe o la ha perdido. Hospitalidad con el perseguido, con el desempleado. Hospitalidad con las culturas diferentes, de las cuales esta tierra es tan rica. Hospitalidad con el pecador. Por cada uno de nosotros también lo es”, afirmó. Los presentes clamaron la libertad del suboficial Edelio Morínigo y el fin de los secuestros. Jorge Bergoglio, el papa Fransisco, terminó la homilía declarando “les llevo en mi corazón” agradeciendo el cariño del pueblo paraguayo pidiendo rezar por él.
A continuación se dirigió a la nunciatura para un almuerzo con los representantes de la Iglesia Católica en el Paraguay.
Otra de las actividades más esperadas fue el encuentro con los jóvenes en la Costanera. Más de 500.000 almas ansiaban con ver al Santo Padre en la Costanera. Allí dio uno de los mensajes más emotivos a la juventud paraguaya, pidiendo que tengan un corazón libre y no decaigan. Pidió “Hagan lío, pero después, los líos que hacen los jóvenes tenemos que arreglar nosotros (los grandes), pero también ayudan a organizar el lío que hacen, hagan lío y organícenlo bien”.
Terminando esta parada, arribó al memorial de las víctimas por la tragedia del Ycuá Bolaños, lastimosamente una de las vallas de seguridad cedió y los agentes de seguridad del papá decidieron no permanecer mucho tiempo en las inmediaciones del supermercado siniestrado. No obstante, desde el papa móvil, Fransisco bendecía a la gente agolpada en el predio.
Luego de tres días extenuantes, el papa se dirigió al aeropuerto Silvio Pettirossi para los últimos actos de despedida del Santo Padre. Y fue así que con una sonrisa, realizando la señal de la cruz, y con una sonrisa en su rostro, se despidió del Paraguay.
Tras estas jornadas históricas, el legado de la visita papal tuvo un gran significado para las familias del Paraguay. Tres fechas que marcaron un hito y nunca serán olvidadas por todo el pueblo paraguayo que ansian con una nueva visita del Santo Padre a tierras guaraní.
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