María Corina Machado, líder opositora venezolana y unas de las figuras más resonantes en la lucha contra el régimen encabezado por Nicolás Maduro en Venezuela, tuvo que realizar toda una odisea para finalmente pisar Oslo, capital de Noruega, y poder así, recibir el Premio Nobel de la Paz en su edición 2025.
Incluso, la travesía se realizó en medio de un secretismo total, precisamente, buscando evitar un posible atentado que pueda llegar a sufrir por parte del régimen de su país. De hecho, en Venezuela nadie supo de su salida y todo fue con ayuda de funcionarios de seguridad de los Estados Unidos.
Machado, quien no había aparecido públicamente desde enero último, tuvo que utilizar un disfraz para trasladarse hasta el aeropuerto de su país, como así también, esconder su identidad durante todo el trayecto, hasta su arribo a Oslo.
La política, luciendo una peluca y un disfraz, acompañada por dos personas (que serían integrantes de su seguridad), primeramente atravesó un suburbio de Caracas y 10 puestos de control militar, por lo que esa misma medianoche llegó hasta la costa venezolana, donde inició un viaje en una lancha pesquera de madera, hasta Curazao, una isla a 65 kilómetros de la costa.
Custodiada desde el aire
Una persona cercana al operativo traslado de la flamante Nobel de la Paz, comentó que mientras Machado realizaba su viaje vía marítima, dos aviones F18 de la Armada de EEUU sobre voló la zona durante 40 minutos, asegurándole protección.
Ya en Curazao, la empresaria abordó un avión privado con matricula mexicana, para 13 personas, y se trasladó hasta el Aeropuerto Internacional. Posteriormente, tomó un vuelo con destino a Bangor, Maine (Estados Unidos). Finalmente, tomó un tercer vuelo de seis horas hasta el aeropuerto de Oslo Gardermoen, completando un trayecto de 9.000 kilómetros.
Sin embargo, su llegada a la capital de Noruega se registró mucho después de la gala del Nobel de la Paz y por ello, su hija Ana Corina Sosa Machado, fue la encargada de recibir el galardón en representación de su madre. Allí, la misma leyó un discurso escrito por la propia galardonada y frente a mandatarios de diversos países, entre ellos, el de Paraguay.
“Tanta gente arriesgó su vida para que yo pudiera llegar”
Finalmente, en la madrugada del jueves, horas después de su arribo a Oslo, Machado hizo su aparición pública en el balcón del Grand Hotel de la ciudad, junto a familiares, amigos, aliados políticos y demás.
La líder opositora entonó el himno de su país, en medio de mucha emoción y un aplauso cerrado de miles de presentes. Más tarde, expresó su agradecimiento a quienes arriesgaron su seguridad para hacer posible su llegada.
“Bueno, en persona, les contaré lo que tuvimos que pasar, y tanta gente que arriesgó su vida para que yo pudiera llegar a Oslo. Y les estoy muy agradecida y esto es una muestra de lo que significa este reconocimiento para el pueblo venezolano”, comentó.
Según portales de todo el mundo, la travesía de Machado hasta Oslo se convirtió en símbolo de la determinación de un pueblo que, pese a los riesgos y obstáculos, mantiene viva la esperanza de recuperar su libertad.