El pasado 7 de junio, Colombia fue noticia mundial por un nuevo caso de sicariato contra un político, específicamente el senador Miguel Uribe Turbay, quien ofrecía un mítin político en Bogotá, cuando un joven sacó un arma y realizó varios disparos contra la humanidad del candidato a Presidente.
Hoy, tras dos meses en cuidados intensivos, se confirmó la muerte de Uribe Turbay, lo que siembra nuevamente la semilla de miedo en todos los colombianos, donde hasta un político con mucho poder no puede asegurar su propia seguridad.
“El asesinato de Miguel Uribe Turbay se ha sido percibido como un ‘ataque a la democracia’. Este episodio revive el fantasma de los años 80 y 90, cuando Colombia vivió un auge de asesinatos de líderes políticos, secuestros y vínculos entre narcotráfico y paramilitarismo, el llamado narcoterrorismo, una convergencia letal que socava la institucionalidad y agita el miedo ciudadano”, explicó Guillermo Ferreiro, conocido politólogo paraguayo, en referencia a lo sucedido.
La historia de los Turbay en Colombia
La familia Turbay, de origen libanés, es una de las más influyentes en la historia política, empresarial y periodística de Colombia. Su miembro más destacado fue Julio César Turbay Ayala, presidente entre 1978 y 1982 por el Partido Liberal. Durante su mandato impulsó el controvertido Estatuto de Seguridad y enfrentó los primeros brotes del narcotráfico en el país. Este legado llegó hasta la figura reciente de Miguel Uribe Turbay, su nieto, cuya muerte tras un atentado ha reactivado esa memoria dolorosa.
¿Un hecho que podría impactar en Paraguay?
Ferreiro, mencionó además que como país, deberíamos de estar atentos a lo que este penoso hecho pueda ocasionar a nivel regional, más aún, tratándose de un país como Paraguay, en el que lastimosamente, el crimen organizado está siempre vigente.
“La muerte de Miguel Uribe Turbay es una alerta para toda la región. Paraguay, donde el crimen organizado —sobre todo el narcotráfico— sigue expandiéndose, debe prestar atención a las señales tempranas de violencia política. El ‘sicariato’, expresado en asesinatos dirigidos, es su manifestación más brutal”, comentó.
Finalmente, agregó que “es primordial fortalecer los mecanismos de seguridad ciudadana, protección a figuras públicas y periodistas, y fomentar una cultura política donde la participación no implique riesgo de vida. El respeto a la democracia, la libertad de expresión y la integridad física de quienes la representan deben seguir siendo inviolables”.
“Paraguay, donde el crimen organizado —sobre todo el narcotráfico— sigue expandiéndose, debe prestar atención a las señales tempranas de violencia política. El ‘sicariato’, expresado en asesinatos dirigidos, es su manifestación más brutal”
Impacto político y social del caso Uribe Turbay
Política colombiana:
-Se profundiza la percepción de “vulnerabilidad de los actores políticos”, con el riesgo de que el miedo limite la participación democrática y fomente más polarización.
-Se genera presión sobre el Estado para reforzar su capacidad de protección a líderes y evitar que la violencia imponga censura o silencio político.
Sociedad colombiana:
-El país se ha unido simbólicamente en ‘orar por Uribe’, mientras iniciativas como ‘Bajémosle al tono’ promueven disminuir el discurso de odio y evitar escaladas de violencia verbal que puedan derivar en ataques reales.
-La tragedia reaviva el trauma colectivo y llama a reconectar con el propósito de construir soluciones pacíficas y duraderas.