El penoso episodio de muerte por ahogamiento de un pequeño de dos años, luego de caer accidentalmente a una piscina de una guardería, llevó a muchos padres a empezar a preocuparse por la seguridad de sus hijos en torno a dicha actividad en el agua.
Pero, lograr la seguridad plena de los más pequeños al momento de una de las actividades más preferidas por ellos, especialmente en época de verano, se puede.
Este medio contactó con el teniente Enzo Ortigoza, oficial de la Primera Compañía Bomba de Asunción, quien mencionó las principales pautas que llevarán a que el momento del chapuzón se convierta en el momento más seguro y divertido del día.
Reacción ante un accidente
El teniente, inició por cómo debemos reaccionar en un caso parecido al ocurrido en la guardería. “Es importante actuar con calma, y sacar al niño lo más rápido posible del agua, evaluar la respiración y si cuenta con pulso. Lo más pronto posible llamar al servicio de emergencias e informar de cada detalle de lo acontecido. En caso de tener los conocimientos básicos de RCP (reanimación cardiopulmonar), aplicarlos hasta la llegada del personal de emergencias”, mencionó.
Precisamente en cuanto al RCP, para el bombero es más que importante que los padres o encargados, tengan algún conocimiento en el tema. “Es más que recomendable que los padres, tutores, docentes y todo personal de lugares en donde haya fuentes de agua naturales, o artificiales, cuenten con conocimiento y capacitación sobre el ámbito de los primeros auxilios para una rápida actuación, podría salvar la vida del niño y/o persona afectada”, refirió.
Cómo trabajar con un casi ahogado
En caso de que se haya dado un episodio de casi ahogamiento de un niño, lo más probable es que el mismo quede con un trauma, un miedo de volver a meterse al agua, lo que llevará a un trabajo en conjunto con la familia y un profesional.
“Para trabajar con un niño que tiene miedo a las piscinas tras un casi ahogamiento, es muy importante hacerlo en conjunto con los profesionales del área de psicología y personal con conocimientos en natación”, explicó Ortigoza.
“Entre ambas especialidades ir enseñando al chico sobre las medidas de seguridad durante la permanencia en el agua, y abordar las emociones del miedo que puedan persistir. Es un proceso lento y gradual para volver a ganar la confianza del niño”, agregó.
30 a 50 casos por año
Según el entrevistado, en Paraguay los bomberos atienden aproximadamente 30 a 50 casos de ahogamiento y casi ahogamiento, de forma anual (60 % son niños). Estos casos se dan mayoritariamente en piscinas residenciales, cuando no hay supervisión adulta constante y en ausencia de barreras de seguridad adecuadas como cercas y/o lonas de cobertura.
“También son comunes durante actividades recreativas en arroyos, tajamares y ríos, especialmente cuando los niños no usan dispositivos como flotadores y chalecos, sin tener habilidades básicas de natación”, siguió.
Principales pautas de seguridad
-Supervisión constante, un factor imprescindible: Un adulto debe supervisar siempre a los niños cuando estén cerca de la piscina. Es muy importante designar un ‘vigilante de piscina’ en todo momento, especialmente en reuniones
Instalar una cerca de al menos 1.2 metros de altura alrededor de la piscina. Asegurarse de que la cerca tenga una puerta de cierre con seguro.
-Educación y reglas claras: Enseñar a los niños a no correr ni jugar bruscamente alrededor de la piscina. Explicar la importancia de no nadar solos y siempre con la presencia de un adulto para el monitoreo constante.
-Equipamiento de seguridad: Tener a mano salvavidas, flotadores y sus similares, también conocer las líneas de emergencias y tener un teléfono a disposición para utilizar en caso de ser necesario. Colocar señales visibles indicando la profundidad y las reglas de uso de la piscina.
-Prohibición de sustancias químicas: Usualmente se utilizan para el mantenimiento del agua, productos químicos que son altamente peligrosos en contacto con la piel, y mucho más en el consumo, riesgo importante para los niños más pequeños. Habrá que guardarlos en un lugar seguro y alejado de ellos.
-Inspección y mantenimiento regular: Revisar regularmente el estado de la piscina y sus alrededores. Asegurar que la estructura no sufra debilitamiento de sus partes que puedan causar accidentes.
-Cursos de natación y primeros auxilios: Inscribir a los niños en cursos de natación adecuados para su edad. Es muy importante que los adultos conozcan las técnicas de reanimación cardiopulmonar (RCP) para las primeras intervenciones de primeros auxilios.