“Unos pies sanos tienen un impacto significativo en la salud y el bienestar general de las personas”, empieza explicando a este medio, Paola Andrea Britez Adorno, profesional podóloga, quien aseguró además que “un podólogo evalúa, diagnostica y trata problemas que afectan los pies. En algunos casos evitamos las amputaciones, salvando íntegramente el pie del paciente”.
Es más que importe mencionar que, unos pies sanos permiten una mayor movilidad, reducen el riesgo de caídas y lesiones, mejoran la calidad de vida al permitir realizar actividades diarias con mayor comodidad y autonomía.
Además, para personas con condiciones médicas como la diabetes, el cuidado de los pies es aún más crucial, ya que éstas suelen ser más propensos a desarrollar complicaciones como úlceras o infecciones.
Las patologías más comunes
Segó la podóloga, las patología más comunes que suele atender son el onicocriptosis (uña incarnada), onicomicosis (hongos en las uñas), intertrigo micotico (hongos entre los dedos), verrugas plantares, tunga penetrans (pique) y los helomas o callos.
En cuanto a las diversas causas por las cuales se generan dichas patologías, se puede mencionar el mal corte de uñas (en el caso de las uñas incarnadas), además de la utilización de calzados inadecuados o mala pisada. A su vez, la onicomicosis son infecciones generadas por hongos, mientras que las verrugas son infecciones por virus..
“Entre las enfermedades más graves con relación a los pies, podría mencionar a las úlceras en los pacientes con diabetes, ya que al presentar una infección podría llegar al hueso y ocasionar una osteomielitis, que es una infección en el hueso. El tratamiento debe realizarse de forma multidisciplinaria con un endocrinólogo, vascular, neurólogo, nutricionista y podólogo”, explicó.
Las recomendaciones específicas para el cuidado de los pies
-Higiene diaria (lavar los pies con agua tibia y jabón suave)
-Hidratación: Aplicar una crema hidratante específica para pies, especialmente en áreas secas o con tendencia a la formación de grietas, como los talones (evitar la aplicación entre los dedos porque pueden generar humedad)
-Corte de uñas: cortar las uñas de forma recta, evitando redondear las esquinas, para prevenir uñas incarnadas.
-Calzado adecuado: utilizar zapatos cómodos, que permitan la correcta transpiración del pie y que se ajusten bien al tamaño y forma del pie (evitar tacones muy altos o zapatos demasiado ajustados)
-Protección en lugares públicos: usar zapatillas en piscinas, vestuarios y gimnasios para evitar infecciones por hongos o verrugas.
-Acudir al podólogo: si se tienen problemas persistentes en los pies, como callosidades, uñas encarnadas o dolor.