Las autoridades sanitarias confirmaron que hay una circulación sostenida del virus, especialmente en zonas densamente pobladas, donde persisten focos de proliferación del Aedes aegypti, mosquito transmisor del dengue, Zika y chikungunya.
Ante este escenario, se insta a la ciudadanía a tomar medidas urgentes para eliminar criaderos del mosquito en sus hogares y a no subestimar los primeros síntomas de la enfermedad, ya que el diagnóstico y tratamiento precoz pueden marcar la diferencia entre una recuperación sin complicaciones y un cuadro clínico grave.
“Estamos entrando en una fase preocupante. Hay un aumento progresivo de casos sospechosos y confirmados, lo que nos obliga a reforzar la vigilancia epidemiológica y el control vectorial. Pero sin el compromiso ciudadano, no será suficiente”, advirtió la Dra. Águeda Cabello, directora general de Vigilancia de la Salud.
¿Por qué aumentan los casos?
El Aedes aegypti se reproduce en ambientes urbanos y necesita pequeñas cantidades de agua limpia y estancada para depositar sus huevos. Las condiciones climáticas actuales —lluvias intermitentes seguidas de calor intenso— favorecen su reproducción acelerada.
Según los últimos reportes, los departamentos con mayor número de notificaciones son Central, Asunción, Alto Paraná e Itapúa, aunque también se observan brotes en zonas rurales. Las autoridades recuerdan que en temporadas anteriores, la falta de control comunitario y domiciliario fue uno de los principales factores del colapso sanitario.
Reconocer los síntomas del dengue
Los síntomas pueden variar en cada persona, pero suelen manifestarse entre 4 a 10 días después de la picadura de un mosquito infectado. Entre los más frecuentes se encuentran:
• Fiebre alta y repentina (más de 38° C).
• Dolor de cabeza intenso, especialmente detrás de los ojos.
• Dolores musculares y articulares (frecuentemente descritos como “dolores de huesos”).
• Náuseas, vómitos ocasionales y pérdida del apetito.
• Enrojecimiento de la piel o aparición de sarpullido.
• Cansancio extremo y malestar general.
Estos síntomas, aunque parecidos a los de una gripe común, requieren atención médica inmediata, especialmente si la persona reside o ha estado en una zona con casos confirmados de dengue.
Signos de alarma: cuándo acudir de urgencia
Si bien la mayoría de los casos se recuperan con reposo, hidratación y seguimiento médico, el dengue puede evolucionar a formas graves. Existen ciertos signos de alerta que exigen atención médica urgente:
1. Sangrado de encías, nariz o moretones sin causa aparente.
2. Vómitos persistentes o intensos.
3. Dolor abdominal agudo, constante o localizado en la parte superior del abdomen.
4. Somnolencia excesiva, irritabilidad, confusión o pérdida de conciencia.
Estos síntomas pueden indicar que el virus está afectando órganos vitales y que existe riesgo de hemorragias o shock por dengue grave. En estos casos, la hospitalización es indispensable.
¿Qué hacer si se confirma un caso en casa?
Cuando una persona es diagnosticada con dengue, es fundamental evitar que otros miembros del hogar sean picados por mosquitos que puedan transmitir el virus. Para ello se recomienda:
• Colocar mosquiteros en la cama del paciente.
• Usar repelente tanto el paciente como sus convivientes.
• Eliminar o tapar todos los recipientes con agua acumulada.
• Consultar al centro de salud ante cualquier síntoma sospechoso en otras personas.
Prevención: clave para cortar la cadena de transmisión
La mejor herramienta para frenar el avance del dengue sigue siendo la prevención domiciliaria y comunitaria. Las medidas recomendadas por el Ministerio de Salud incluyen:
• Desechar todos los recipientes inservibles que acumulen agua, como latas, botellas, cubiertas, juguetes o electrodomésticos viejos.
• Cepillar y cambiar el agua de los bebederos de mascotas y floreros cada dos días.
• Tapar herméticamente los tanques, barriles y aljibes.
• Mantener limpias y destapadas las canaletas y desagües pluviales.
• Evitar acumular agua en platos de macetas o bases de aire acondicionado.
• Colocar mosquiteros en puertas y ventanas, además de usar ropa clara y de manga larga durante las horas de mayor actividad del mosquito (mañana temprano y al final de la tarde).
Un esfuerzo colectivo
El dengue no es solo un problema de salud individual: es un problema de salud pública que requiere del compromiso colectivo. Las autoridades insisten en que el control del mosquito no depende únicamente de las fumigaciones estatales, sino principalmente de lo que cada vecino haga en su patio, balcón o jardín.
“El dengue puede ser mortal, pero es completamente prevenible. Si eliminamos los criaderos, cortamos la cadena de transmisión. Cada recipiente que tiramos o tapamos puede salvar vidas”, recalcan desde el Ministerio.