El fiscal Luis Said se encuentra en el ojo de la tormenta, enfrentando un proceso en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM) que ha levantado sospechas de ser una represalia política. Said estuvo a cargo de varias investigaciones de alto perfil que resultaron en condenas importantes, particularmente contra figuras del Partido Colorado, lo que provocó fricciones con el cartismo.
Casos donde ganó enemigos
Uno de los casos más destacados es la condena a 11 años de prisión dictada el 15 de diciembre de 2023 contra Óscar Venancio "Ñoño” Núñez, hermano del actual presidente del Congreso Nacional, Basilio “Bachi” Núñez. El mismo fue hallado culpable de desviar más de 42 mil millones de guaraníes de la Gobernación de Presidente Hayes durante su administración. Este fallo, impulsado por Said, puso en evidencia la corrupción en la administración pública y demostró la habilidad del fiscal para llevar adelante investigaciones complejas y comprometidas.
Sin embargo, poco después de esta condena, Said fue denunciado ante el JEM. Según varios analistas, esta denuncia es una represalia directa por la condena de Venancio Núñez, un indicio de que el JEM podría estar siendo utilizado como un “garrote político” para deshacerse de fiscales incómodos.
El fiscal Luis Said también logró otras condenas significativas, como la de Roberto Cárdenas, ex intendente de Lambaré, sentenciado a 8 años de cárcel por lesión de confianza y actividades peligrosas en la construcción, y la de Froilán Peralta, ex rector de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), condenado a 3 años de prisión por el caso “UNA no te calles”. Estos casos pusieon a Said en la “mira” del cartismo, un sector político con considerable influencia en el JEM.
La situación de Said recuerda a los tiempos en que Óscar González Daher presidía el JEM, una era marcada por la manipulación política de la justicia. A medida que el proceso contra Said avanza, queda la pregunta de si estamos presenciando un intento de hacer justicia o si, una vez más, el JEM está siendo utilizado para perseguir a quienes desafían el status quo.