25 jun. 2025

Calefacción en invierno: recomendaciones para evitar riesgos respiratorios y accidentes en el hogar

El uso inadecuado de estufas, braseros o acondicionadores de aire puede generar efectos nocivos para la salud, sobre todo en personas con enfermedades respiratorias, niños, adultos mayores y pacientes inmunocomprometidos.

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El doctor Sergio Aquino, neumólogo, advierte que “calentar el ambiente es necesario, pero siempre debe hacerse con responsabilidad, considerando los efectos secundarios que puede generar el aire caliente y seco, así como los riesgos de intoxicación por gases nocivos en espacios cerrados”.

El brasero: una tradición con consecuencias

El brasero, aún presente en muchos hogares paraguayos por su bajo costo y practicidad, es uno de los métodos más riesgosos de calefacción. El Dr. Aquino explica que su uso prolongado en espacios cerrados puede generar una acumulación peligrosa de monóxido de carbono, un gas que no tiene olor, color ni sabor, pero que puede causar desde mareos y náuseas hasta la pérdida de conciencia o la muerte.

Recomendaciones al usar brasero:

• No utilizarlo por más de una hora continua.

• Encenderlo solo en espacios con ventilación natural (ventanas entreabiertas).

• Apagarlo completamente antes de dormir o salir de la habitación.

• No colocar objetos inflamables cerca (cortinas, ropa, muebles).

• Nunca encenderlo dentro de baños, dormitorios pequeños ni vehículos cerrados.

Según estudios del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, todos los inviernos se registran casos de intoxicación por monóxido de carbono, especialmente en zonas donde el brasero se utiliza como única fuente de calor.

Estufas y aire acondicionado en modo calefacción

Las estufas eléctricas, a gas o el aire acondicionado en modo calor son alternativas más seguras, pero también deben ser utilizadas con precauciones.

“Estos equipos tienden a resecar el ambiente, y eso afecta directamente a las mucosas respiratorias, favoreciendo cuadros de rinitis, laringitis, congestión nasal o incluso crisis asmáticas”, explicó el especialista.

Cómo contrarrestar la sequedad:

• Colocar recipientes con agua (ollas, jarras o baldes) en la habitación.

• Usar humidificadores eléctricos si se dispone de ellos.

• Ventilar los ambientes al menos 15 minutos al día.

• Evitar el uso prolongado del aire caliente sin pausas.

Un ambiente seco puede afectar no solo a las vías respiratorias, sino también a la piel, los ojos y, en casos extremos, provocar hemorragias nasales. Los más vulnerables son los niños, los adultos mayores y las personas con alergias o enfermedades crónicas como EPOC o asma.

¿Cuál es la temperatura ideal dentro de casa?

Los expertos coinciden en que mantener una temperatura estable es tan importante como calentar el ambiente. Los cambios bruscos de temperatura entre el exterior y el interior pueden causar un impacto negativo en el sistema respiratorio.

Temperatura recomendada:

• En invierno: entre 25 y 28 °C.

• En verano (uso de aire frío): entre 22 y 24 °C.

“El cuerpo no se adapta bien a cambios abruptos. Entrar a un ambiente muy caliente y salir al frío sin protección puede desencadenar inflamación de las vías aéreas superiores, tos, dolor de garganta o crisis alérgicas”, subrayó Aquino.

Protección al salir: bufanda o tapabocas

Cuando una persona pasa de un lugar cálido a uno frío, es fundamental proteger la boca y la nariz. Respirar aire frío de golpe puede irritar la garganta, causar inflamación e incluso provocar broncoespasmos en personas con asma.

Consejo del neumólogo:

“El tapabocas cumple una función similar a la bufanda. Ambas ayudan a templar el aire antes de que ingrese a las vías respiratorias, amortiguando el impacto del frío”.

Este tipo de protección es especialmente importante en horas de la mañana temprano o durante la noche, cuando las temperaturas suelen descender aún más.

Señales de alerta ante problemas respiratorios

Si bien las molestias por el aire seco o frío son comunes, existen señales que no deben pasarse por alto, ya que podrían indicar un problema más serio:

• Dificultad para respirar.

• Tos persistente.

• Silbidos en el pecho.

• Fiebre o malestar general.

• Mareos o somnolencia extrema (posible intoxicación).

En estos casos, se debe acudir inmediatamente a un centro de salud para una evaluación profesional. También es importante revisar que los equipos de calefacción estén en buen estado y que no haya fugas de gas o instalaciones defectuosas.

Consejos generales para un invierno seguro

• Revisar anualmente el estado de estufas, calefactores y conexiones eléctricas o de gas.

• No dormir con aparatos de combustión encendidos.

• Ventilar diariamente los ambientes, incluso con frío.

• Usar ropa térmica o mantas adicionales antes que recurrir al exceso de calor artificial.

• Enseñar a niños y adultos mayores a identificar síntomas de intoxicación o falta de aire.