En Paraguay, la realidad del VIH sigue generando preocupación, especialmente por la creciente cantidad de adolescentes que contraen el virus.
El último informe del Programa Nacional de Control de VIH/Sida e ITS (Pronasida) revela un dato alarmante: jóvenes de entre 15 y 19 años representan el 5,7% de los 1.488 nuevos casos diagnosticados en 2024, una cifra que confirma la presencia del virus en franjas etarias cada vez más tempranas.
Esta tendencia se da en un contexto de aumento sostenido de los diagnósticos en los últimos años. Entre 2022 y 2024, el número de pruebas realizadas para detectar el VIH casi se duplicó, pasando de 145.711 a 282.752, lo que equivale a un incremento del 92%. Si bien este aumento en los test indica una mayor cobertura diagnóstica, también revela la persistente circulación del virus en la población.
La doctora Elena Candia, directora del Pronasida, expresó su preocupación por la aparición de adolescentes en las estadísticas. “Este grupo está en una etapa de desarrollo personal donde es fundamental brindar información clara, científica y sin prejuicios. Necesitamos una educación sexual integral que no llegue tarde, que hable de autocuidado, consentimiento y uso del preservativo”, señaló.
“La adolescencia es la etapa clave para prevenir. Si no les hablamos a tiempo sobre VIH, el virus lo hará”
Además de los adolescentes, la mayor proporción de casos confirmados en Paraguay sigue concentrándose en la franja de edad entre 20 y 39 años, que representa el 65% del total de los diagnósticos de este año. Por sexo, la mayoría de los casos corresponde a hombres: 1.105 infecciones en comparación con 383 en mujeres, lo que evidencia también una marcada diferencia en la distribución.
Otro dato que genera alarma es que el 43% de los diagnosticados en 2024 ya presentaban la enfermedad en estado avanzado al momento de realizarse el test. Esto implica que muchas personas conviven con el virus sin saberlo, y lo descubren cuando ya existen daños importantes en su sistema inmunológico.
Por ello, Pronasida recomienda que todas las personas sexualmente activas se realicen la prueba de VIH al menos una vez al año. “Las pruebas rápidas están disponibles de forma gratuita y pueden detectar precozmente la infección. En caso de dar positivo, se realiza un análisis confirmatorio y se inicia el tratamiento antirretroviral lo antes posible”, explicó Candia.
La especialista también recordó que, aunque el VIH no tiene cura, actualmente se considera una enfermedad crónica, como la diabetes o la hipertensión. “Con tratamiento adecuado, las personas pueden vivir una vida completamente normal. El acceso a los medicamentos es clave para mantener la carga viral indetectable y evitar complicaciones”, puntualizó.
Avance médico esperanzador: una nueva vacuna inyectable
Una noticia alentadora llegó este año desde Estados Unidos, donde la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó un nuevo medicamento inyectable para la prevención del VIH. Se trata de Yeztugo, un fármaco desarrollado por el laboratorio Gilead, que consiste en dos aplicaciones al año y promete prevenir el 100% de los contagios, según los ensayos clínicos disponibles hasta el momento.
Si bien el término “vacuna” fue utilizado para comunicar su efecto protector, la Dra. Candia aclaró que no se trata de una vacuna convencional. “Es un tratamiento preventivo que contiene un antiviral de larga duración. Representa un gran avance y marca el camino hacia una posible cura futura”, indicó.
El medicamento está dirigido a adultos y adolescentes que pesen más de 35 kilos, y se basa en la molécula lenacapavir, la misma utilizada desde 2022 por el tratamiento Sunlenca, también desarrollado por Gilead. Su aparición podría revolucionar la lucha contra el VIH, ya que ofrece una alternativa más cómoda y eficaz frente a los métodos tradicionales, que requieren una toma diaria.
No obstante, la barrera económica podría limitar su acceso. Aunque el laboratorio no ha difundido oficialmente el precio, especialistas estiman que el costo anual del tratamiento rondará los 25.000 dólares en Estados Unidos. Varias organizaciones internacionales ya se manifestaron, exigiendo que se garantice el acceso al tratamiento en países de bajos ingresos, permitiendo la producción de versiones genéricas.
Fallecimientos y llamado a la acción
El año pasado, 49 personas fallecieron por causas relacionadas al VIH en Paraguay. Este dato subraya la importancia de continuar invirtiendo en campañas de concienciación, acceso al diagnóstico, tratamientos gratuitos y, sobre todo, en prevención dirigida a los más jóvenes.
“Cuando un adolescente es diagnosticado con VIH, no solo se enfrenta a una enfermedad, sino también a una serie de estigmas que afectan su salud emocional y su futuro. Por eso, el enfoque debe ser integral, con acompañamiento psicológico, familiar y educativo”, concluyó la doctora Candia.
Desde Pronasida reiteran el llamado a la ciudadanía a acercarse a los centros de salud para realizarse la prueba. Detectar a tiempo puede marcar la diferencia entre una vida saludable y complicaciones graves.