En épocas como ésta, de mucho frío, muchas personas suelen confesar que no les gusta mucho ingresar bajo una ducha, pero igualmente lo hacen. Sin embargo, existen quienes realmente le tienen fobia al baño, un miedo irracional que, les causa incluso problemas como ansiedad extrema y pánico, hasta manifestaciones físicas como pulso acelerado y sudores.
Se trata de una fobia muy poco común, conocida como ablutofobia, caracterizada por un miedo irracional al baño o la higiene personal, que afecta tanto a niños como a adultos. Suele durar incluso meses e interfiere significativamente en la calidad de vida de los afectados.
¿Qué es la ablutofobia?
“La ablutofobia es el miedo intenso e irracional a bañarse, lavarse o limpiarse. Se trata de una fobia específica, poco frecuente, pero que puede presentarse, generando un rechazo persistente hacia la higiene personal”, es lo que explicó a este medio la psicóloga Melissa Sánchez.
En otras palabras, el miedo se centra en el acto de bañarse, lo que puede incluir el contacto con agua, jabón o incluso el simple hecho de estar en un entorno de baño.
En los niños, la ablutofobia suele desarrollarse entre los 7 y 11 años, por lo que la profesional en cuestión, quien precisamente trabaja y mucho con menores, mencionó algunas posibles causas que llevan a que niños y hasta adolescentes sufran de fobia al baño.
Posibles causas:
-Experiencias tempranas: Un niño que ha sufrido un accidente en la bañera (caídas, quemaduras con agua caliente, ahogo parcial) puede asociar el baño con peligro. O si el baño fue escenario de gritos, castigos o abuso (físico o verbal), puede quedar fijado como una experiencia negativa.
-Hipersensibilidad sensorial: En niños con dificultades sensoriales, la textura del agua, el jabón o el roce del secado puede generar angustia o rechazo.
-Ansiedad generalizada o trastornos del desarrollo: El miedo al control, al cambio o a lo imprevisible puede trasladarse a situaciones como la hora del baño.
-Modelado: Ver a otro familiar o persona cercana reaccionar con angustia o evitar el baño puede modelar esta conducta.
!Se trata de una fobia específica, poco frecuente, pero que puede presentarse, generando un rechazo persistente hacia la higiene personal”
¿Cómo se aborda la ablutofobia en niños?
Los niños afectados por ablutofobia pueden ser confundidos con un comportamiento típico de rebeldía infantil, por lo que, es sumamente importante poder diferenciarlo y así iniciar tratamiento con un profesional psicólogo o psiquiatra.
En cuanto a la forma de tratar, la psicóloga explicó que “se acompaña el miedo como mensaje, sin forzar; se facilita la expresión emocional y la autorregulación. Con los niños, se trabaja a través del juego, la seguridad relacional y la conexión corporal”.
Además de la terapia, también ayudará practicar en casa la exposición gradual (exponer gradualmente al niño a situaciones de baño, comenzando con el objeto o la idea que menos le genera miedo y avanzando hasta la situación completa); Técnicas de relajación (ayudar al niño a relajarse a través de técnicas como la respiración profunda, la meditación o el yoga para reducir la ansiedad asociada al baño); y el apoyo familiar, creando un ambiente seguro y comprensivo en cuanto al tema.
La ablutofobia en adultos también puede tener raíces en experiencias traumáticas pasadas o en la observación de comportamientos similares en figuras familiares durante la infancia.
Si no es tratado, la fobia al baño puede tener impactos como:
-Riesgo de infecciones, enfermedades cutáneas, rechazo social por mal olor o aspecto físico.
-Vergüenza, baja autoestima, aislamiento social, bullying escolar.
-A mayor edad, la fobia interfiere con la capacidad de cuidarse solo, afectando la independencia del niño o adolescente.
-A veces se generaliza a otros rechazos sensoriales o a una personalidad evitativa.