A inicios de la semana, la aparición de un corazón para el pequeño Milán Alexander, de solo 6 años, tras una larga de espera de más de un año conectado a un corazón artificial, fue la noticia que alegró a todo el país.
La cirugía de trasplante cardíaco duró 15 horas y Milán inicia una etapa por la cual, pocas personas en el país tienen la suerte y la bendición de estarla viviendo, una vida con nuevo corazón.
Una de esas personas es Milagros Bogado, quien a sus 22 años se muestra muy contenta y agradecida por haber recibido una segunda oportunidad de vida. Está a poco de cumplir tres años de su trasplante de corazón y tiene mucho que compartir.
Un nuevo corazón
“Me diagnosticaron miocarditis a los 18 años, entré en lista de espera a los 19, el 20 de diciembre del 2021 y ese mismo día recibimos la llamada de que había un donante. Salí del quirófano con un nuevo corazón en la madrugada del 21 de diciembre de 2021”, empezó comentando en contacto con este medio.
La misma, recordó además que en su momento llegó a pesar tan solo 38 kilos, pues ya no se sentía bien. “Logré subir 4 kilos más, pero los médicos me decían que iba a ser muy difícil conseguir un donante para mí”, refirió.
Finalmente, la espera fue corta, un donante surgió y hoy siente una profunda gratitud con todas las personas que consiguieron regalarle una nueva vida. “Gratitud es lo que siento, gratitud primeramente a Dios, a mi donante, a mi familia, y hacia todo el plantel del San Jorge y las personas que oraron y me ayudaron”.
El regalo de la vida
“El trasplante cambió mi vida en muchos sentidos. Me dio una segunda oportunidad para vivir y disfrutar el presente, algo que antes no valoraba del mismo modo. Ahora, cada día es un regalo de Dios, y me esfuerzo por vivirla al máximo, obviamente, con los cuidados que requiere un trasplantado”, continuó asegurando.
“El trasplante cambió mi vida en muchos sentidos. Me dio una segunda oportunidad para vivir y disfrutar el presente, algo que antes no valoraba del mismo modo”
Consumir a hora sus medicamentos antirrechazos, acudir mensualmente al control médico, cuidar su alimentación y realizar actividad física, son algunos de los cuidados primordiales que como trasplantada, Milagros debe de respetar a carta cabal.
“También dedico tiempo a mi salud mental yendo a terapia. Y utilizo tapabocas en lugares cerrados, ya que soy una paciente con las defensas bajas debido a los inmunosupresores”, acotó.
“Donar es el mayor acto de amor”
La entrevistada, se encargó además de mencionar la importancia de ser donante. “Ser donante de órganos es el mayor acto de amor que puede cambiar vidas. Cada donación brinda a muchas personas como yo, una segunda oportunidad para vivir y cumplir sueños”.
“Invito a la ciudadanía paraguaya a considerar la donación y hablar con sus familiares sobre eso. Al final, ser donante es un regalo sumamente valioso que puede dejar un legado de esperanza y vida. Recuerden, donde una vida termina, otra comienza a renacer”, terminó diciendo.