15 ago. 2025

Dos años de Peña: cifras en alza, bolsillos vacíos

Este 15 de agosto, el presidente Santiago Peña completa dos años al frente del Poder Ejecutivo. En su mensaje oficial, resalta la estabilidad de los indicadores macroeconómicos, el crecimiento proyectado por el Banco Central del Paraguay (BCP) y una supuesta consolidación de la confianza internacional en el país.

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Sin embargo, en las calles y desde sectores sociales y gremiales, el balance es muy distinto ya que denuncian aumento del costo de vida, inseguridad, estancamiento de las microempresas y un Estado ausente en áreas clave como salud, educación y transporte.

Un Gobierno que habla de crecimiento

Según las proyecciones del BCP, Paraguay cerraría 2024 con un crecimiento económico del 4,4%, luego de haber alcanzado 4,2% en 2023 y 4,7% en 2022. Para el mandatario, estos datos demuestran una economía sólida y en expansión. El Gobierno sostiene que la inflación está bajo control en el promedio anual y que el país se mantiene como un destino confiable para inversiones extranjeras.

No obstante, economistas y opositores matizan este optimismo. Señalan que la inflación en alimentos esenciales, como la carne, y el aumento sostenido del transporte afectan directamente al poder adquisitivo. La percepción en las familias es que “la plata ya no rinde” y que el crecimiento económico beneficia sobre todo a grandes sectores empresariales, dejando fuera a la mayoría.

Macro estable, micro estancada

Organizaciones como la Federación Paraguaya de Mipymes (Fedemipymes), la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) y la Asociación Rural del Paraguay (ARP) valoran que se reconozca el papel de las mipymes en el empleo —responsables del 70% de los puestos laborales del país—, pero advierten que llevan más de un año sin dinamismo.

Luis Tavella, presidente de Fedemipymes, señaló que solo el 1% de las empresas se beneficia del actual contexto macroeconómico y que la falta de circulante está frenando el consumo. A ello se suma el encarecimiento de la canasta básica y del transporte público. Tavella recordó que siguen pendientes reformas profundas, como la del Estado y la revisión de la carta orgánica del Instituto de Previsión Social (IPS), que enfrenta pérdidas crecientes y un posible escenario de quiebra técnica si no se corrige el rumbo.

Salud pública: sistema debilitado y sin rumbo claro

El sector salud es uno de los más golpeados y cuestionados en estos dos años. El doctor Jesús Irrazábal, jefe de Urgencias del Hospital Nacional de Itauguá, afirma que el Gobierno carece de una visión estadista para diseñar políticas sostenibles.

Irrazábal describe cuatro niveles de prevención que deberían guiar la política sanitaria:

1. Vacunación: con logros como la inmunización contra el virus sincitial respiratorio (VSR), que evitó muertes en recién nacidos vacunados en enero.

2. Detección precoz: fundamental para evitar enfermedades catastróficas, pero con baja cobertura.

3. Rehabilitación: prácticamente inexistente para accidentados o pacientes crónicos.

4. Prevención de recaídas: con poca inversión y seguimiento limitado.

El médico lamenta que el Ministerio de Salud dé más relevancia a la difusión de obras edilicias que a la promoción de estos logros preventivos, que generan un alto beneficio en relación al costo.

Migración juvenil y femenina: síntoma de falta de oportunidades

El Partido Paraguay Pyahura (PPP) sostiene que el “país prometido” por Peña no se materializó. Afirma que la pobreza rural y urbana ha empujado a miles de mujeres y jóvenes a migrar, especialmente hacia España, como única salida laboral.

Ermo, dirigente de la organización, contó que en comunidades del interior “la migración tiene rostro joven y rostro de mujer”. Incluso, relató el caso de una adolescente de 13 años que ya planea emigrar al terminar el colegio, porque no ve opciones para estudiar o trabajar en Paraguay.

El PPP también criticó la agenda internacional del presidente, afirmando que los numerosos viajes al exterior no se tradujeron en inversiones concretas para el país.

Congreso sin disenso y acusaciones de autoritarismo

Dirigentes sociales advierten un retroceso democrático. Denuncian que la mayoría oficialista en el Congreso actúa con “prepotencia” y no permite el debate plural. “Si levantás la voz, te expulsan o te condicionan. En vez de profundizar la democracia, la tendencia es retroceder”, señaló Ermo.

La voz de la calle: inseguridad y economía frágil

En un sondeo realizado en el Mercado 4 y en centros comerciales de la capital, la mayoría de los consultados calificó negativamente la gestión de Peña. La inseguridad, el encarecimiento de la vida y la falta de empleo figuran entre las principales preocupaciones.

Testimonios recogidos reflejan frustración:

• Emilio Ramírez, vendedor ambulante: “Cada día estamos peor. No hay trabajo, no hay seguridad y todo sube”.

• Sonia Berdejo, vendedora de comidas: “Estamos en desastre en todos los sentidos: salud, educación, seguridad”.

• Magdalena Casco, comerciante: “Antes había más ventas; incluso en pandemia vendíamos más que ahora”.

• Ruth Iberbuden, universitaria: “Es un Gobierno mediocre; la situación no mejora”.

Entre los problemas más citados figuran:

• Ola de asaltos, homicidios y abusos.

• Salario mínimo insuficiente.

• Materias primas y transporte cada vez más caros.

• Poco circulante que frena las ventas.

• Deserción universitaria por inseguridad y falta de transporte nocturno.

Transporte público: promesa que se posterga

El Gobierno había asumido el compromiso de reformar el transporte metropolitano, pero el plan recién se implementaría en agosto de 2026, según el Viceministerio de Transporte.

La crisis del sistema se arrastra desde hace dos décadas y se profundizó tras la pandemia. Actualmente, unas 300.000 personas sufren las reguladas. Usuarios, gremios y municipios reclaman no haber sido incluidos en el diseño del proyecto y piden cambios consensuados para que la reforma no quede en el papel.

Un balance con dos caras

A mitad de mandato, el presidente Santiago Peña puede exhibir indicadores macroeconómicos estables y cifras de crecimiento que generan optimismo en el discurso oficial. Sin embargo, el contraste con la vida cotidiana es marcado: inseguridad en aumento, oportunidades laborales escasas, problemas estructurales en salud y transporte, y un clima social de desconfianza hacia las autoridades.

El reto de los próximos dos años será cerrar esa brecha entre la estabilidad que muestran los números y la inestabilidad que percibe la gente.