A pesar de que en los últimos años se registró un leve descenso, el país sigue liderando la región y mantiene cifras preocupantes en comparación con otros países sudamericanos.
Los informes advierten que esta situación no solo refleja desigualdades persistentes, sino también la insuficiencia de las políticas de prevención y protección dirigidas a niñas y adolescentes, especialmente aquellas en contextos vulnerables.
Causas estructurales: desigualdad, falta de información y violencia
Diversos factores explican la magnitud del embarazo adolescente en Paraguay. Entre los más significativos se encuentran el escaso acceso a educación sexual integral, las limitaciones en servicios de salud sexual y reproductiva, la desigualdad económica y la falta de oportunidades formativas en numerosos territorios del país.
Pero uno de los aspectos más alarmantes es la relación directa entre embarazo adolescente y violencia sexual. Una parte considerable de los casos se vincula a abusos intrafamiliares o uniones tempranas forzadas, que siguen afectando de manera desproporcionada a niñas de entre 10 y 14 años.
Aunque la tasa de fecundidad adolescente bajó de 56,2 por mil en 2015 a estimaciones cercanas a 48,4 por mil en 2024, estos avances no compensan la gravedad del problema, que permanece arraigado en escenarios de desigualdad territorial y falta de protección efectiva.
La mirada especializada: una realidad que vulnera derechos
La psicóloga y especialista en salud sexual y reproductiva Dra. Laura Mendoza analiza que el embarazo adolescente en Paraguay es “la consecuencia directa de una estructura que no termina de proteger a las niñas”. Según explica, las cifras reflejan fallas profundas en el sistema educativo, sanitario y comunitario, donde miles de adolescentes crecen sin acceso a información confiable ni a mecanismos de resguardo.
Mendoza sostiene que muchos embarazos no son fruto de decisiones personales, sino de contextos de vulneración. La profesional subraya que en los casos que involucran a niñas menores de 15 años, el embarazo siempre es producto de abuso. Esta situación, afirma, representa una violación de derechos que debería movilizar respuestas estatales urgentes y articuladas.
Consecuencias que marcan la vida de las adolescentes
El impacto del embarazo en edades tempranas es profundo y multidimensional. Según detalla la especialista, las adolescentes enfrentan mayores riesgos de complicaciones durante el embarazo y el parto, así como secuelas emocionales derivadas de la violencia, la presión familiar y la falta de apoyo.
En el plano educativo, la mayoría abandona la escuela, quedando atrapada en ciclos de pobreza y dependencia económica. A esto se suman los estigmas sociales, la sobrecarga de responsabilidades y la dificultad para acceder a oportunidades laborales en el futuro.
“La maternidad precoz interrumpe proyectos de vida, limita la autonomía y condiciona el bienestar emocional de las jóvenes”, afirma Mendoza, quien insiste en que la sociedad todavía naturaliza situaciones que vulneran a las adolescentes y las responsabiliza por situaciones que no eligieron.
El camino hacia una respuesta integral
Para revertir esta realidad, Mendoza plantea la necesidad de políticas públicas amplias y sostenidas que incluyan educación sexual desde edades tempranas, acceso efectivo a métodos anticonceptivos, protección contra la violencia sexual, acompañamiento psicológico y programas focalizados en zonas rurales y comunidades vulnerables.
La especialista también destaca la importancia del cambio cultural: “La adolescencia debe ser una etapa de aprendizaje y crecimiento, no de maternidad impuesta”. Este cambio requiere la participación activa del Estado, la sociedad civil, instituciones educativas y organizaciones comunitarias.
El papel de los medios y la sociedad civil
Los medios de comunicación, señala la profesional, tienen un rol clave en la visibilización de esta problemática desde un enfoque de derechos, evitando estigmatizar a las adolescentes e informando con responsabilidad. Las organizaciones civiles, por su parte, cumplen funciones esenciales en el acompañamiento, la formación y la denuncia de situaciones de vulneración.
Una problemática que exige acción inmediata
El embarazo adolescente en Paraguay sigue siendo un desafío urgente y prioritario. Su persistencia evidencia que las niñas y adolescentes continúan expuestas a desigualdades, violencia y falta de oportunidades. Sin acciones efectivas, coordinadas y sostenidas, el país continuará liderando una estadística que vulnera derechos y compromete el futuro de miles de jóvenes.