Es bien sabido que durante el desarrollo embrionario, el cordón umbilical cumple una función esencial como punto de anclaje entre la madre y el feto. A través de este conducto circulan los nutrientes y el oxígeno necesarios para el crecimiento del embrión.
Por esa razón, el ombligo, esa pequeña cicatriz en el centro del abdomen, es mucho más que un simple recuerdo o vestigio de nuestro nacimiento. Y, aunque suele permanecer sellado de por vida, existen circunstancias médicas excepcionales en las que puede reabrirse y representar complicaciones para la salud.
El cierre del ombligo tras el nacimiento
Tras el nacimiento, tanto la vena como las arterias umbilicales se cierran y se transforman en ligamentos. Este proceso de cierre no es inmediato: durante los primeros días de vida, puede observarse la salida de orina o sangre por el ombligo del recién nacido, debido a que los vasos aún no se han sellado completamente.
Ahora, en los adultos, el ombligo puede reabrirse debido a una hernia umbilical, una afección donde los tejidos internos sobresalen a través de un punto débil de la pared abdominal cerca del ombligo. Esto puede suceder debido a factores que aumentan la presión dentro del abdomen.
Causas principales de la hernia umbilical
La presión repetida en el abdomen es la causa principal. Esto incluye:
-Esfuerzos físicos intensos, como levantar objetos pesados.
-Embarazos.
-Tos crónica o estornudos.
-Estreñimiento.
-Sobrepeso u obesidad.
¿Qué se debe hacer?
Si sospecha una hernia umbilical, es recomendable consultar a un médico, principalmente ante dolor intenso, náuseas o vómitos, si el bulto se vuelve oscuro o azulado, etc.:
-No es necesario operar si no hay dolor y el bulto puede reducirse al acostarse. En estos casos, se puede vigilar su evolución.
-La cirugía es necesaria si el bulto no se reduce, es doloroso o se hincha. La cirugía repara la pared abdominal para cerrar la abertura y evitar que se atasquen tejidos internos.
Cómo prevenir una hernia umbilical
Para prevenir una hernia umbilical en adultos, es fundamental mantener un peso saludable, evitar esfuerzos físicos intensos y no levantar objetos pesados de forma incorrecta. Otras medidas incluyen tratar el estreñimiento y la tos crónica, no fumar y fortalecer los músculos abdominales a través de ejercicios adecuados.
Otros hábitos preventivos pueden ser:
-No fumar: Fumar debilita el tejido abdominal al afectar el colágeno y puede causar tos crónica, que aumenta la presión en el área.
-Fortalecer los músculos abdominales: Realice ejercicios como las planchas que fortalecen los músculos abdominales sin ejercer una presión excesiva.