El aumento de la radiación ultravioleta no solo incrementa el riesgo de quemaduras, sino también la aparición de manchas, envejecimiento prematuro y hasta lesiones más graves si no se toman los recaudos necesarios.
La Dra. Tatiana Moreno, dermatóloga, explicó que durante los meses de calor las consultas por manchas en la piel aumentan considerablemente. “Las manchas son una manifestación de que la piel está tratando de defenderse. El exceso de radiación solar estimula la producción de melanina, que actúa como una barrera natural. Pero cuando esta producción es irregular o excesiva, aparecen las hiperpigmentaciones”, señaló.
Por qué aparecen las manchas
La exposición solar no es la única causa. Existen múltiples factores que pueden contribuir a la aparición de manchas, entre ellas:
• Cambios hormonales, frecuentes en mujeres embarazadas o que usan anticonceptivos.
• Uso de cosméticos, perfumes o cremas con alcohol o fragancias, que pueden reaccionar con el sol.
• Medicamentos fotosensibilizantes, como algunos antibióticos o antiinflamatorios.
• Acné o lesiones previas mal tratadas, que se pigmentan con el sol.
• Predisposición genética o antecedentes familiares de manchas cutáneas.
La especialista advierte que “la piel tiene memoria”, lo que significa que todo daño solar se acumula con los años. “Una exposición intensa sin protección durante la niñez puede manifestarse recién en la adultez en forma de manchas o lesiones más severas”, agregó.
Cuidados esenciales para prevenir las manchas
La Dra. Moreno enfatiza que el protector solar debe convertirse en un hábito diario, no solo cuando vamos a la piscina o a la playa.
“El protector solar debe aplicarse todos los días, incluso cuando el cielo está nublado o estamos bajo techo. La luz azul de las pantallas también contribuye al envejecimiento cutáneo y a la pigmentación”, explicó.
Consejos básicos para todos los días:
• Aplicar protector solar media hora antes de salir de casa y reaplicarlo cada dos a tres horas.
• Evitar la exposición directa al sol entre las 10:00 y las 16:00 horas, cuando la radiación es más intensa.
• Utilizar sombreros, gafas oscuras y ropa liviana de colores claros.
• Mantener la piel bien hidratada con cremas humectantes y una buena ingesta de agua.
• Evitar productos caseros o mezclas naturales sin indicación médica.
Cuidado especial en los niños
Los niños son especialmente vulnerables a los efectos del sol, ya que su piel es más delgada y sensible. “Una quemadura solar en la infancia puede duplicar el riesgo de cáncer de piel en la adultez”, advierte la dermatóloga.
Recomendaciones para los más pequeños:
• No exponerlos al sol directo antes de los 6 meses de edad.
• En bebés y niños mayores, aplicar protector solar pediátrico con FPS 50 o más, resistente al agua.
• Asegurar que usen gorras, remeras con protección UV y gafas durante las actividades al aire libre.
• Reaplicar el protector cada 2 horas, especialmente después de nadar o transpirar.
• Fomentar el juego bajo sombra o en horarios de menor radiación.
“Los niños aprenden con el ejemplo. Si los padres se cuidan, ellos también incorporan el hábito de proteger su piel”, destacó la Dra. Moreno.
Cuidados específicos para adultos
En adultos, las manchas suelen estar relacionadas con el fotoenvejecimiento, el uso de ciertos medicamentos o cambios hormonales. También influyen el estrés, la falta de sueño y la mala alimentación.
La Dra. Moreno recomienda incorporar en la rutina diaria productos antioxidantes, como cremas con vitamina C o ácido ferúlico, que ayudan a prevenir la oxidación celular. Además, aconseja realizar controles dermatológicos al menos una vez al año.
“Si ya existen manchas, lo importante es consultar antes de aplicar cualquier producto. Existen tratamientos despigmentantes, peelings y láseres, pero cada piel requiere una evaluación personalizada. Sin una correcta protección solar, cualquier tratamiento fracasa”, recalcó.
Hidratación, alimentación y hábitos saludables
Cuidar la piel también implica mantener hábitos saludables. La dermatóloga aconseja:
• Beber suficiente agua durante el día.
• Incluir frutas y verduras ricas en vitamina A, C y E, que protegen las células cutáneas.
• Evitar el consumo excesivo de alcohol y tabaco, que deterioran la piel.
• Dormir lo suficiente y manejar el estrés.
“La piel refleja lo que ocurre en nuestro cuerpo. Si nos alimentamos bien, descansamos y nos protegemos, el resultado se verá también en nuestro rostro”, afirmó la profesional.”, concluyó la Dra. Tatiana Moreno.