31 oct. 2025

El precio del crecimiento: cómo la falta de control amenaza la seguridad urbana

El reciente incidente ocurrido en el edificio Look, ubicado en el barrio Jara de Asunción, volvió a poner sobre la mesa un tema que el país arrastra desde hace años, la falta de control, fiscalización y normas claras sobre la seguridad edilicia.

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En el hecho, un ciudadano identificado como Miranda y su perro quedaron atrapados dentro de un ascensor que descendió repentinamente hasta el subsuelo del edificio, el cual se hallaba completamente inundado por la rotura de una cañería. “El ascensor dejó de responder. Comenzó a entrar agua y mi perro se desesperó; tuve que alzarlo”, relató.

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El suceso, que afortunadamente no dejó víctimas, evidenció la vulnerabilidad estructural y administrativa del sistema de construcciones en Paraguay, donde las normas son difusas y el control estatal es casi inexistente.

Un país sin ley ni licencia profesional

El ingeniero civil Hermann Pankow, autor de un análisis técnico tras el accidente, sostuvo que Paraguay no cuenta con una Ley de Ejercicio Profesional de la Ingeniería Civil que regule, supervise y sancione el trabajo de los profesionales del rubro.

“En nuestro país, cualquiera puede firmar un plano o dirigir una obra sin que exista un registro nacional que evalúe su capacidad técnica o ética. Y, lo más grave, es que tampoco hay un mecanismo que retire esa habilitación ante una mala praxis”
ingeniero civil Hermann Pankow

En muchos países, la licencia profesional es un requisito esencial. En Chile y Argentina, por ejemplo, los ingenieros deben matricularse en colegios profesionales que controlan su actuación, y las obras solo pueden iniciarse una vez aprobados los planos estructurales por entidades municipales y provinciales.

En Uruguay, existe una Dirección Nacional de Arquitectura e Ingeniería que supervisa las edificaciones públicas y exige inspecciones periódicas.

Paraguay, en cambio, carece de un sistema nacional de licencias o un organismo que centralice los datos de profesionales habilitados y las obras registradas.

Fallas municipales y descontrol en el terreno

El problema no termina en la ausencia de una ley nacional. La mayoría de los municipios paraguayos no cuenta con ingenieros estructurales suficientes ni con departamentos técnicos capacitados para verificar los estudios de suelo o los cálculos estructurales presentados.

En algunos casos, las aprobaciones se realizan únicamente de forma documental, sin visitas al terreno ni control de materiales.

“El resultado es que hay edificios con fundaciones deficientes, sin drenajes adecuados o con sistemas eléctricos inseguros. Todo eso pone en riesgo la vida de miles de personas”, advirtió Pankow.

Además, los municipios no disponen de un protocolo unificado de inspección. En Asunción, por ejemplo, los controles suelen limitarse a la verificación de permisos de obra, mientras que en ciudades intermedias, como Encarnación o Ciudad del Este, la fiscalización se reduce aún más por falta de personal técnico.

Modelos internacionales de control edilicio

En España, los ayuntamientos exigen el Certificado de Final de Obra y una Inspección Técnica de Edificios (ITE) cada cierto número de años, para garantizar la estabilidad estructural y la seguridad de los residentes.

En México, la Ley de Desarrollo Urbano obliga a los constructores a obtener licencias de construcción y someter las obras a auditorías técnicas en distintas fases.

En Brasil, el sistema de “Responsabilidad Técnica” (ART) vincula legalmente al ingeniero con el proyecto: si ocurre un accidente, el profesional responde civil y penalmente.

“Esos modelos son perfectamente aplicables a Paraguay si existe voluntad política y coordinación institucional”, opinó Pankow, quien considera fundamental la creación de un registro único de ingenieros habilitados y un código nacional de edificaciones, similar al que rige en países vecinos.

Un riesgo silencioso

Mientras tanto, decenas de edificios en Asunción presentan problemas de filtraciones, sobrecarga estructural o ascensores en mal estado, según denuncias de vecinos. Sin embargo, no existe un organismo especializado que realice auditorías preventivas o inspecciones obligatorias.

Expertos alertan que la expansión inmobiliaria ha sido más rápida que la capacidad del Estado para controlar la seguridad de las construcciones, lo que podría derivar en tragedias similares a las ocurridas en otros países de la región.

En 2022, por ejemplo, el colapso de un edificio en Fortaleza (Brasil) dejó varias víctimas fatales. Investigaciones posteriores revelaron fallas estructurales, falta de mantenimiento y omisión de inspecciones, una combinación que Paraguay también enfrenta.

Una deuda pendiente del Congreso

Pankow y otros profesionales del sector coinciden en que el Congreso Nacional debe intervenir de manera urgente. Plantean una ley que establezca estándares mínimos de seguridad, licencias renovables para ingenieros, y que obligue a los municipios a contar con equipos técnicos multidisciplinarios para la aprobación y control de obras.

“Paraguay necesita un marco regulatorio moderno que proteja a los ciudadanos. Hoy, la construcción está creciendo más rápido que las normas que la regulan”, enfatizó el especialista.

Entre la modernidad y la improvisación

La construcción vertical sigue en auge en Asunción, donde el skyline cambia cada año. Sin embargo, la modernidad arquitectónica contrasta con la precariedad institucional.

Sin una legislación clara, los proyectos dependen de la buena voluntad de los constructores y del criterio de cada municipio, generando una peligrosa brecha entre la apariencia de desarrollo y la seguridad real de las edificaciones, finalizó el profesional.