Días atrás, una joven madre hizo público el caso de su pequeña hija, quien según denunció, fue abusada por su propio abuelo paterno. La mujer, se enteró de todo a partir de una caricatura que había hecho su nena, pues al consultarle sobre un detalle en su dibujo, le contestó que “le tapé la cara para que ya no me haga naná”.
La denunciante descubrió así que, el hombre sin rostro que había dibujado su hija y a quien llamaba ‘cuco’, resultó ser su propio abuelo. Un caso lamentable que precisa se haga justicia y que la niña no corra más peligro.
Historias detrás de los dibujos
Cuando aún son algo pequeños, los dibujos de los niños pueden ayudarnos a conocerlos mejor, pues no solamente dan pistas sobre su comportamiento y personalidad, sino que expresan además sus sentimientos y emociones, como confirma el caso mencionado más arriba.
“Los dibujos son una forma en la que los niños expresan lo que sienten, o atraviesan, cuando aún no encuentran palabras”, es lo que explica la psicóloga infantil Melissa Sánchez, en referencia a la atención que los padres deben de poner en todo lo que dibujan sus chicos.
“Hay ciertos rasgos que deben llamar la atención de los padres en cuanto a lo que dibujan, como el uso excesivo de colores que pueden ser los oscuros en determinadas zonas, los trazos muy intensos o repetitivos, figuras humanas incompletas (sin boca, ojos o manos, etc.), personajes tachados o con rostros tapados, y la repetición de escenas de miedo o agresión”.
Estos detalles no siempre significan abuso o violencia, pero sí pueden ser señales de que el niño está manifestando un malestar emocional y necesita ser escuchado.
“Hay ciertos rasgos que deben llamar la atención de los padres en cuanto a lo que dibujan, como el uso excesivo de colores que pueden ser los oscuros en determinadas zonas, los trazos muy intensos o repetitivos, figuras humanas incompletas...”
“Los golpes, insultos o situaciones de acoso suelen reflejarse en los dibujos a través de figuras grandes frente a otras pequeñas, escenas de pelea, rostros enojados o borrados, y frases que transmiten miedo o dolor”, destacó.
Por eso, la escucha activa y la validación son fundamentales, al igual que brindar un espacio seguro. “La recomendación a las familias es observar con sensibilidad, preguntar con calma qué significa lo que dibujó, validar sus emociones sin juzgar ni minimizar y, sobre todo, ofrecer un entorno protector”.
Otros indicadores que deben alertar
Pero, los dibujos no son lo único a lo que los padres deben dar especial atención, sino que existen otros indicadores que pueden ventilar los maltratos que podrían estar sufriendo, según menciona Nicole Auteri, psicóloga enfocada en atención Infanto-Juvenil.
“Otros indicadores que pueden alertar a padres y cuidadores son la presencia de pesadillas recurrentes, miedo intenso hacia determinadas personas, rechazo a quedarse con ciertos adultos, así como cambios repentinos en el ánimo, y aislamiento o manifestaciones físicas de angustia como dolores frecuentes sin causa médica aparente”, refirió.
“Los niños deben tener la certeza de que pueden contar lo que sienten y lo que les preocupa, sin miedo a perder el afecto, a ser castigados o a que sus palabras sean minimizadas”
Igualmente, la profesional mencionó la importancia del trabajo en la prevención de hechos por lamentar, para con los hijos. “La mejor forma de prevención es la educación clara y respetuosa desde edades tempranas”. Es importante enseñar a los niños a los niños a:
-Reconocer y nombrar sus emociones
-Identificar que el juego siempre debe generar alegría y que si alguien los obliga a hacer algo que les incomoda, ya no se trata de un juego.
-Que aprendan a reconocer y nombrar todas las partes de su cuerpo, incluyendo los genitales, diferenciando entre zonas privadas y no privadas.
-Aprender a distinguir secretos que protegen de secretos que lastiman.
-Identificar personas de apoyo y confianza a quienes acudir en caso de necesitar ayuda.
“Los niños deben tener la certeza de que pueden contar lo que sienten y lo que les preocupa, sin miedo a perder el afecto, a ser castigados o a que sus palabras sean minimizadas”, terminó agregando.