El mundo entero se encuentra pendiente de lo que empezará a observarse el día de mañana 7 de mayo, con el inicio oficial del Cónclave que tendrá a su cargo la elección de un nuevo Papa. 133 cardenales provenientes de 71 países de todo el mundo, ya se encuentran totalmente incomunicados y bajo estrictos controles de seguridad anti filtración de información.
Pero, la Casa de Santa Marta, donde habitó el Papa Francisco y se encuentra ubicada a un costado de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, también cuenta con un importante número de personas encargadas de diversas labores, y que estarán cerca de todo lo que acontecerá a partir de mañana, especialmente en la Capilla Sixtina para la esperada elección.
Choferes, ascensoristas, limpiadores, médicos, enfermeros, floristas, técnicos y encargados de seguridad, llegan a casi un centenar de personas y antes de su ingreso, cada uno prestó juramento al igual que los 133 cardenales, ante el camarlengo que es la autoridad máxima durante la sede vacante en el Vaticano.
El juramento
“Prometo y juro observar absoluto secreto con todo aquel que no forme parte del Colegio de Cardenales electores, y esto a perpetuidad, a no ser que reciba permiso especial expresamente concedido por el nuevo Pontífice elegido o por sus Sucesores, sobre todo lo que directa o indirectamente se refiere a la votación y al escrutinio para la elección del Sumo Pontífice”, reza una primera parte del juramento.
Además, entre otros puntos, cada uno promete y jura abstenerse de utilizar cualquier medio de grabación, audición o visualización de cualquier cosa que ocurra dentro de la Ciudad del Vaticano durante el periodo electoral.
Finalmente, en la última línea se menciona el castigo o pena que, quien no cumpla el juramento, deberá de purgar. “Declaro que presto este juramento consciente de que cualquier violación del mismo comportará a mí la pena de excomunión ‘latae sententiale’ reservada a la Sede Apostólica”.
Juramento creado por Juan Pablo II y reforzado por su sucesor
Vale mencionar que, el contenido del juramento de secreto está regulado por una normativa vigente desde 1996, establecida por el mismísimo Papa San Juan Pablo II en el documento Universi Dominici Gregis, que rige los procedimientos de elección del papa.
Años más tarde, el Papa Benedicto XVI reforzó esta disposición con dos enmiendas, dejando explícito que toda persona que revele información del cónclave incurre en excomunión automática, reservada exclusivamente a la Sede Apostólica.
Significado exacto de excomunión
La excomunión hace referencia a una sanción religiosa por la que un miembro de una comunidad religiosa es excluido de la comunión, especialmente de los sacramentos y de otros privilegios religiosos. En la Iglesia Católica implica la privación de los sacramentos y de la participación en la liturgia, entre otras consecuencias.