Días atrás, se llevó a cabo el funeral multitudinario de Charlie Kirk, el activista político estadounidense que fuera asesinado semanas atrás, durante un debate con estudiantes de una universidad en Utah.
Unas 73.000 personas se reunieron en el estadio State Farm de Arizona, donde su viuda, Erika Kirk, sorprendió al mundo entero al perdonar públicamente al asesino de quien fuera su compañero de vida y padre de dos pequeños. Del acto fúnebre también participó el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Erika, lucieron un traje blanco y ojos llorosos, sosteniendo siempre un pequeño pañuelo, primeramente narró todo lo que sintió al observar el cuerpo de su marido, en el hospital. “La tarde del 10 de septiembre, llegué a un hospital de Utah para hacer lo impensable, mirar directamente al cuerpo asesinado de mi esposo. Vi la herida que terminó con su vida, sentí todo lo que uno esperaría sentir, sentí conmoción, sentí horror y un nivel de dolor que ni siquiera sabía que existía”, mencionó.
Seguidamente, agregó haber divisado una sonrisa en Charlie. “Pero había algo más, incluso en la muerte pude ver al hombre que amo. Vi la única cana en un lado de su cabeza, de la que nunca le hablé. También vi en sus labios una leve sonrisa y eso me dijo algo importante: me reveló una gran misericordia de Dios en esta tragedia”.
“No sufrió”
Por otro lado, con un rostro más sereno en un momento dado, comentó que su esposo no sufrió al momento de su muerte. “Cuando vi eso me di cuenta de que Charlie no sufrió, incluso el médico lo dijo. Fue algo tan instantáneo que incluso si Charlie hubiera recibido un disparo en el quirófano, nada se podría haber hecho”.
En un momento cumbre del funeral visto alrededor de todo el mundo, ante la multitud y familiares presentes, la viuda se refirió al joven Tyler Robinson, de 22 años, identificado como el asesino de su esposo. “Ese hombre, ese joven, lo perdono…porque es lo que hizo Cristo. La respuesta al odio es no odiar, la respuesta es el amor y siempre el amor. Amor por nuestros enemigos y amor por quienes nos persiguen”, declaró entre lágrimas.
Finalmente, recordó la tarea que Kirk emprendió desde joven al fundar Turning Point, una organización dedicada a promover valores conservadores y cristianos entre los jóvenes estadounidenses. “La misión de mi esposo fue salvar a hombres jóvenes, justo como el que le quitó la vida. La vida de Charlie fue un punto de inflexión para este país, fue un milagro. Iba a cambiar el mundo, y lo hizo”, expresó Erika Kirk.
