11 de Julio, 2010 | /opinions/list
Fútbol y televisión: Matrimonio rentable
Entre el 11 de junio y el 11 de julio el mundo fue una gigantesca pantalla de televisión. El Mundial de Sudáfrica, cuyas huellas más que por el buen fútbol estarán marcadas por el pulpo Paul, el waka waka de Shakira y las vuvuzelas, tiene un ganador indiscutible: la pareja de excelentes negocios formada por la FIFA y la televisión.
Aparte de los derechos de televisación, están las ganancias que provienen de los principales socios comerciales de la FIFA (Adidas, Air Emirates, Coca Cola, Hyundai, Sony y Visa) y de patrocinadores. Un dato respecto a esos socios: cada uno de ellos pagará a la FIFA entre 100 y 200 millones de euros cada año hasta el 2010 solamente porque sus nombres sigan asociados con los del Mundial.
Lo que se sabe es que la FIFA necesita de unos 3.000 millones de dólares para funcionar durante cuatro años y el 95% de ese presupuesto viene de los mundiales. Jamás se tendrían socios y patrocinadores si el torneo fuera a ser presenciado solamente por los que van a los estadios. El negocio está en la pantalla no en la cancha y mucho menos en el nivel futbolístico.
¿Cuándo comenzó esta historia? Corría 1970. El Mundial de México de ese año fue el primero en ser televisado en forma directa e internacionalmente. De hecho, la pelota de ese Mundial se llamó Telstar, ya en referencia a la televisión.
Pero “las nupcias se celebraron el 11 de junio de 1974, en Frankfurt, durante la Copa del Mundo organizada por Alemania Occidental. El brasileño Joao Havelange venció a su predecesor, el británico Stanley Rous, en la disputa por la presidencia de la institución. Havelange tenía, en segundo plano, un articulador tan discreto como eficaz -Horst Dassler, presidente de Adidas Francia” (Le Monde Diplomatique, edición de Brasil, junio de 2010, informe de David García, pp. 6 y 7). El resto fue el efecto dominó. Al sumarse la FIFA, la Coca Cola no podía estar ausente en el escenario global de los negocios televisivos mundiales.
Joseph Blatter, que le sucedió a Havelange en 1998 no hizo sino potenciar el negocio. Según ese mismo informe de Le Monde Diplomatique, un sobrino de Blatter llamado Philippe Blatter,” presidente de la empresa Infront Sports &Media AG, es la titular de los derechos televisados de la FIFA.”
Las pasiones encendidas en los países participantes, donde la identidad nacional aparece en primer plano durante 30 días traducida en los colores de las respetivas camisetas, pone la base de multitudes para el negocio.
James Neilson, periodista argentino lo resumió adecuadamente: “ la Selección es una especie de ejército virtual que lucha con valentía patriótica llevando la bandera nacional de triunfo a triunfo…es poco probable que el fútbol se hubiera transformado en un culto planetario si no brindara a millones de personas un pretexto para dar rienda suelta a emociones tribales que hoy en día son consideradas primitivas.” (Noticias, Buenos Aires, 19 de junio de 2010, p. 27).
Y ese nacionalismo tiene en los monitores de televisión la geografía virtual de esa épica de guerreros que miran al cielo de tormentas arropados en la bandera durante 30 días. Después, todo vuelve a ser igual que antes, menos los negocios de la FIFA, que avanzan a paso firme en su matrimonio con la televisión.
Carlos Martini
Sociólogo. Periodista. Docente.
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