18 de Mayo, 2010 | La Opinión de Mariano Nin
¡Frío en el alma!
Hace frío, el termómetro marca 12 grados, pero la sensación térmica es aún más baja. Estoy finalizando mi jornada laboral, pienso en el frío que hace afuera y me dan ganas de que el día no termine. Cuando se haya ido lo poco que queda de sol hará aún más frío.
Desde Meteorología anuncian que las bajas temperaturas van a continuar, y no puedo menos que preocuparme.
Me preocupan los niños en las calles y sé que es casi imposible ponerme en su piel, sentir el frío hasta el dolor y no tener esperanzas. Puedo imaginarlo, pero eso no me hará sentirlo.
Cuando llegue a casa solo serán parte de una estampa cotidiana.
Según la ONU, alrededor del 15% de la población de Paraguay sobrevive con menos de cuatro mil y pico de guaraníes y, según los estudios del Gobierno, uno de cada cuatro niños de 10 a 17 años debe trabajar para ayudar a su familia.
Ya estoy en la calle.
Manejo por la avenida General Santos y veo moverse las estadísticas. Silenciosas sombras pidiendo monedas y pienso… “estamos estancados en un reclamo repetitivo hasta el cansancio”.
Escucho a Santiago González en Cardinal. El doctor Carlos Torres, director del Programa Ampliado de Inmunizaciones del Ministerio de Salud, se lamenta de que aún exista un déficit de vacunación del 20% a nivel país.
Me pregunto: ¿se habrán vacunado estos niños?.
Las enfermedades diarreicas siguen siendo una de las principales causantes de muerte de menores de cinco años en nuestro país.
Llego a casa. Mis hijos esperan adentro. Tapados hasta las orejas. La noche va cubriendo todos los rincones.
El día desnudará una realidad que un manto de oscuridad tapa al común de la gente.
Como tantas otras personas me habré ido a dormir indiferente.
Una indiferencia que nos obliga a cerrar los ojos… y el corazón.
En la calle cientos de niños sobrevivirán a un nuevo día.
Mariano Nin
Gerente de prensa, Teledifusora Paraguaya S.A
Me preocupan los niños en las calles y sé que es casi imposible ponerme en su piel, sentir el frío hasta el dolor y no tener esperanzas. Puedo imaginarlo, pero eso no me hará sentirlo.
Cuando llegue a casa solo serán parte de una estampa cotidiana.
Según la ONU, alrededor del 15% de la población de Paraguay sobrevive con menos de cuatro mil y pico de guaraníes y, según los estudios del Gobierno, uno de cada cuatro niños de 10 a 17 años debe trabajar para ayudar a su familia.
Ya estoy en la calle.
Manejo por la avenida General Santos y veo moverse las estadísticas. Silenciosas sombras pidiendo monedas y pienso… “estamos estancados en un reclamo repetitivo hasta el cansancio”.
Escucho a Santiago González en Cardinal. El doctor Carlos Torres, director del Programa Ampliado de Inmunizaciones del Ministerio de Salud, se lamenta de que aún exista un déficit de vacunación del 20% a nivel país.
Me pregunto: ¿se habrán vacunado estos niños?.
Las enfermedades diarreicas siguen siendo una de las principales causantes de muerte de menores de cinco años en nuestro país.
Llego a casa. Mis hijos esperan adentro. Tapados hasta las orejas. La noche va cubriendo todos los rincones.
El día desnudará una realidad que un manto de oscuridad tapa al común de la gente.
Como tantas otras personas me habré ido a dormir indiferente.
Una indiferencia que nos obliga a cerrar los ojos… y el corazón.
En la calle cientos de niños sobrevivirán a un nuevo día.
Mariano Nin
Gerente de prensa, Teledifusora Paraguaya S.A
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