04 de Septiembre, 2010 | /opinions/list
Abbas y Netanyahu: Nuevas negociaciones, viejas cautelas
Sin las fuertes presiones del presidente estadounidense Barack Obama, hubiera sido imposible que se reunieran el jueves 2 en Washington, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas. Desde diciembre del 2008, cuando Israel invadió la Franja de Gaza en represalia por los cohetes lanzados desde allí por el ala radical palestina, Hamas, que controla dicho territorio, los canales de diálogo directo estaban cortados.
Además, el tiempo muestra un hito amenazante para una nueva escalada en la zona: el 26 de septiembre finaliza una moratoria israelí para no continuar construyendo asentamientos judíos en territorios palestinos ocupados. Abbas quería que antes de sentarse cara a cara a una mesa de negociaciones con Netanyahu este se comprometiera a que esa moratoria sería extendida. No lo logró.
Entonces, ¿qué llevó a Abbas a aceptar finalmente iniciar esta ronda de negociaciones?. Todos los caminos apuntan a que uno de los motivos “fueron las amenazas de Washington de cortar el chorro de dinero si no accedía a negociar”. (Hans Dahne, una región a la espera del milagro. Agencia DPA, La Nación, Buenos Aires, 21 de agosto de 2010, p.2)
Por lo tanto, un primer examen en este proceso reiniciado es saber qué decisión va a tomar finalmente Netanyahu en torno a esta moratoria.
Pero luego están todos los temas acumulados. Entre los más importantes figuran: 1) Jerusalén: Israel quiere que se la reconozca como capital indivisible y eterna, pero los palestinos quieren convertir a la parte oriental de Jerusalén en su capital, 2) territorios: los palestinos insisten en que se reconozca un Estado palestino con las fronteras anteriores a la guerra de 1967, que llevó a la ocupación israelí de extensas zonas palestinas y que los israelíes abandonen todos los territorios ocupados desde entonces. Israel plantea que al menos un grupo de los colonos judíos se queden en esas tierras que pasarían a formar parte del Estado de Israel a cambio de otras tierras actualmente controladas por los israelíes que podrían cederse a los palestinos; 3) refugiados: los palestinos sostienen que los refugiados de origen palestino que salieron de sus hogares en Israel a lo largo de las guerras que estallaron en la región vuelvan a sus lugares de origen en Israel, lo cual no es aceptado por los israelíes porque afirman que eso alteraría la demografía y les daría un peso muy grande a los palestinos dentro del Estado de Israel, y 4) los palestinos quieren un Estado con su propia capacidad de defensa y los israelíes lo quieren casi desmilitarizado.
Esto sin contar con la cuestión espinosa del bloqueo israelí a la Franja de Gaza.
Como se ve el camino dista de ser fácil. Para más, mientras el sector más derechista del gobierno israelí no quiere saber nada de suspender los asentamientos, el movimiento palestino Hamas rechaza toda negociación si no se levanta el bloqueo a Gaza.
Escepticismo, esperanza y cautela parecen ser las notas del momento. Una vez más, hay que esperar los hechos y las concesiones mutuas para saber si este nuevo camino iniciado el jueves 2 en Washington será transitado hacia la paz, que pasa necesariamente por la coexistencia de un futuro Estado palestino al lado del Estado de Israel.
Carlos Martini
Sociólogo. Periodista. Docente.
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